
Los senadores de la nación, excepto una exigua minoría levantaron la mano aprobandose un aumento para ellos que llega a 6 millones de pesos. Vieja maña, plaga y lastre del manejo legal pero ilegítimo en este caso de quienes se eligió como senadores, que ofende a las instituciones de la República.
El senador es un ciudadano elegido para que re presente a un gran sector de la comunidad, es decir que el pueblo tiene sus representantes, que son los que hacen de ciudadanos, ellos no pueden estar aunque parezca una ingenuidad debatiendo en el congreso si todos tenemos que ir, sería un Congreso con casi 30 millones de personas. Por eso, existe la figura del representante que viene de cada una de las provincias Argentinas. La cuestión es que se vapulea los fondos públicos, se cae en el temible patrimonialismo de estado, en el hijismo, en cualquier cosa menos en la representación.
Estos señores que hacen las leyes o la discuten, se aumentan discrecionalmente el sueldo en un país que estuvo a punto, algun día lo sabremos de caer en una guerra civil por el fabuloso despojo que le profirió el Kirchnerato y que dejó a la Argentina en Ruinas.
Ahora se practica un ajuste necesario aunque a veces injustos porque en realidad quienes soportan el ajuste son los más pobres, los trabajadores, los jubilados, en definitiva, quienes la pasan mal con hambre y sin medicamentos. Pero ellos levantan la mano y de la noche a la mañana se fabrican un aguinaldo y se aumentan escandalosamente la dieta. Tambien es cierto que ser senador o diputado de la nación requiere gastos, alquilar en la CABA, pero la puñalada por la espalda al pueblo argentino se siente y la gente está molesta, desencajada una vez más. El contrasentido cae como la espada de Damocles: es legal, pero es ilegítimo e injusto. Simbólicamente plata indebida. Viven discutiendo, producen muy poco, pero cuando hay que levantar la mano para acordar un enorme emolumento para ellos y en contra de todos los Argentinos, aí se ponen de acuerdo: una vergüenza. Mientras que a los pobres jubilados le desdoblan el efímero salario.
La Argentina es un país inseguro e injusto. Y quienes se aumentaron este monto, acaban de traicionar históricamente a quienes los eligieron como representantes. Un descaro total y típico. Si en la Constitución hubiese una especie de contraeleción prematura, los echarían a todos, sin dudas.