
Chiqui Automotores
La política entró en un momento de poca actividad y de gran desinterés por parte de las audiencias. Por suerte está el Chiqui y el galpón de autos
Dos Porsche secuestrados en la mansión atribuida a Chiqui Tapia y Toviggino.
Yo sé que no es su problema amigo lector, pero créame que para los que estamos en los medios este es un momento muy difícil: no pasa naranja.
La vida se nos ha complicado. Si usted le presta atención a los programas de tele, de radio, a las señales de cable, a los diarios, a los sitios web y demás incubadoras de mandriles verá que están todos desesperados porque ya no saben de qué hablar. No hay temas políticos que interesen. Solo nos queda el Chiqui Tapia, cuatro o cinco Porsche, una docena de Audis, alguna que otra Ferrari y no mucho más.
Si no fuera por la nuca más famosa del Cono Sur tendríamos la agenda en blanco.
Evidentemente el último proceso electoral agotó a las audiencias. Milei supo ser un presidente espectacular para el show pero ahora aporta poco y nada. Desde el mismo instante en que Javi dejó de tratar de mandril a medio país perdimos uno de los insumos más divertidos. Para colmo, la otra gran generadora de contenidos está presa y con tobillera. Tiempos difíciles para los medios en general y para esta columna en particular.
Cada tanto Ella te regala un tweet o un bailecito, pero ya no es título. No es tapa. Todo lo que haga o diga Cristina va a la página 8 o es una notita de tele antes de ir al corte o se comenta en la parte final de los programas de radio, pegadito a los chismes del espectáculo y después de las deportivas.
De hecho, el viernes tiró un tuit a propósito del 2,5% de inflación en noviembre y nadie le dio pelota. Una pena porque era divertido.
Según dijo Ella textualmente “…en noviembre de 2015 la inflación era de 2,4%… menos que la de Milei…” Es verdad lo que dice, lo que la muy pícara no explica es que Ella recibió el gobierno en 2007 con 0,7 % mensual. O sea, pasó de 0,7% (nov 2007) a 2,4% en dos mandatos. No se entiende de que corno está tan orgullosa. Triplicó la inflación.
Mucho cafecito con Chávez y Maduro, mucho acuerdo con Irán, mucha discusión hotelera con Lázaro pero a la hora de laburar hizo un desastre.
La cosa es aún peor si miramos el gobierno de Néstor: recibió de Duhalde 0,1% mensual y le entregó a su jermu 0,7%. ¡Siete veces más en un solo mandato!
Si hay algo sobre lo que el kirchnerismo no puede abrir la boca es sobre inflación. Posiblemente de otras cosas tampoco pero de inflación seguro que no. Por eso el tuit de Cristina es algo que ya no le interesa a nadie.
Ni hablar si la evaluamos por su gobierno con Alberto. Entregaron una tragedia inflacionaria. Ella se quiere despegar diciendo que Alberto era un inútil. En eso tiene razón y nadie se lo discute, pero el gobierno 2019/2023 fue todo de Ella, mal que le pese.
Todos los funcionarios de peso eran suyos, desde el Jefe de Gabinete Wado De Pedro hasta el Ministro de Economía, Sergio Massa, a quien designó después de sabotear y voltear a Martín Guzmán. Todos los resortes importantes de aquel gobierno estaban manejados por jerarcas de La Cámpora que reportaban al Instituto Patria. La única figura importante del gobierno de Alberto que no respondía a Cristina era Fabiola.
Si la sucesión de Cristina termina siendo Kicillof, lo cual es dudoso, estamos fritos porque ese muchacho no provoca nada. No vende. En realidad, ya provocó y vendió bastante cuando hizo el zafarrancho de YPF, pero ahora apasiona tanto como una milanesa de soja.
Esta situación nos lleva a que todas las miradas se posen una y otra vez en Javi. O nos entretiene él o no nos salva nadie.
Esto no quiere decir que el gobierno haya dejado de hacer cosas que merezcan ser comentadas. Viajar a Oslo disfrazado de playero de YPF no es poca cosa pero considerando todo aquello a lo que nos tenía acostumbrados el León, es poco. De hecho solo le dedicaron una notita menor, cerca de la nota sobre la noche que pasaron Ramiro Marra y Luli Salazar.
Podríamos considerar como un temazo el nuevo proyecto de reforma laboral pero las mediciones indican que tampoco mueve la aguja. Todos sabemos que el país necesita urgente una reforma laboral, sin embargo el proyecto del gobierno es un poco raro.
Entre otras particularidades, define que ciertos asuntos como las vacaciones se resuelvan de mutuo acuerdo entre el trabajador y el empleador. Lo cual está muy bien porque agiliza las cosas.
Por ejemplo, imaginemos a un minero de Catamarca, Juan Carlos Cobre, que se quiere tomar enero porque los chicos están de vacaciones y encima, adentro de la mina, allá abajo y en verano, hay 55 grados de temperatura. Pero resulta que la empresa prefiere que se vaya de vacaciones en mayo.
El nuevo proyecto lo resuelve muy fácil. Simplemente Juan Carlos Cobre tiene que sentarse cara a cara con su empleador, o sea con el CEO de la Barrick Gold que se llama Mark Hill y tiene su oficina en Toronto. Discuten de igual a igual, se ponen de acuerdo y listo. Después si Cobre no tiene guita para comprarse traje, corbata, un pasaje a Canadá y dos noche de hotel, ya no es problema ni de Hill ni de la ley.
En realidad, lo único importante que la nueva ley debe resolver es la famosa industria del juicio.
Hoy en día un freelo que trabaja para vos y para 5 empresas más es un peligro. No es un empleado que cobra sueldo sino que todos los meses te hace una factura. Un día lo encontrás robando, lo rajás, el tipo lo llama a Recalde, te hace un juicio por relación de dependencia y se queda con tu empresa, con tu casa y con tu perro.
Este es el verdadero desastre laboral de la Argentina. Ni hablar de que hoy en día una pequeña pyme con 10 empleados en blanco es una pyme con diez bombas listas para estallar.
Tampoco podemos contar para divertirnos con Karina y Santiago Caputo, dos pilares del elenco que nos daba de comer. Aparentemente hicieron un acuerdo de no agresión y desactivaron todo conflicto. Quedará para el recuerdo el último diferendo que se resolvió con el despido del titular de los servicios de inteligencia, Sergio Neiffert.
Según informó Pablo De León en Clarín, el tipo había pedido la embajada de Italia, se lo negaron y en lugar de eso le ofrecieron ir al ACUMAR, el organismo que monitorea el Riachuelo. Parece que no le gustó. Un ingrato. Es obvio que la Fontana Di Trevi es más linda que el Riachuelo pero por lo menos le ofrecieron algo. Además se perdió una oportunidad. En la Fontana di Trevi solo hay monedas, en cambio en el Riachuelo metés la mano y sacás de todo.
Apagados Milei y Cristina, aunque por razones completamente diferentes, si queremos un poco de bardo solo nos queda ponerle un fichín a Macri.
Lamentablemente el Gato está dedicado a la FIFA, al bridge y ahora a la presentación de su tercer libro. Sería bueno que volviera a dedicarse a la política y reconstruyera un espacio democrático y republicano, pero serio. Debería considerarlo por el bien de la política, y también por el bien de la literatura.
En fin, lo que estamos viviendo tal vez solo se trate de un impase navideño. Quizás la cercanía de las fiestas hizo que la política bajara un cambio dejando solo en la superficie las peripecias de Chiqui Automotores. Es muy posible que a partir de enero recuperemos ese gran quilombo que tanto nos gusta.
La experiencia indica que así será.
