CUENTO.

SI HAY ALGO ORIGINAL ES INVISIBLE: JORGE LUIS BORGES.
UNO
Doña Carmen dormía profundamente y de vez en cuando tomaba algún ansiolítico, pero generalmente a pesar de sus ochenta largos años, quien coqueta disimulaba debajo de la alfombra de la vida, todavía el sueño no la abandonaba. Nunca abandonó la costumbre de leer algo debajo del velador. Se quitó los antojos, apagó la luz y se durmió sonriendo por la ocurrencia china que acababa de leer: alguien contaba que había soñado que era una mariposa y otro le contestó: o quizás sos una mariposa que sueña ser una mujer. Viuda desde hacía 8 años, le parecían siglos, tenía una hija en España y esporádicamente se comunicaban por internet. Francisco a quien le decían Quito, antes de partir de este mundo, la previno: se trataban de usted; cuando yo no esté; ¡otra vez con el tema de la muerte, sabés que no me gusta eso! rezongó ella; si pero hombre prevenido vale por dos, le contestó. Luego de explicarle lo que iba a hacer, se metió en una construcción con tres albañiles y dos arquitectos porque iban desertando del proyecto a través de las discusiones que tenían con Quito. ¿hasta cuándo vas a seguir con esta milonga, además la casa siempre está sucia, los ruidos, las peleas, estoy harta disparó la dueña de casa. Usted, prepareme el puchero con osobuco que es lo que me mantiene vivo, le replicó él; lo demás es lo de menos dijo, antes de escuchar el portazo de Carmen camino al periplo de todos los días, carnicería, verdulería, almacen y una que otra vecina, imprescindibles para estar bien informada de todo el chusmaje con que se alimenta el mundo.
Terminaron de comer y Quito arremetió: escuche doña rezongo; ahora le voy a explicar teóricamente en que consiste esta construcción, que hubieran envidiado los egipcios y los romanos. Ella levantó la mesa apagó el televisor y le contestó sarcásticamente: Bueno Borges, explique!, ¡ qué tiene que ver Borges, no entiendo su ironía; bueeeno es por los laberintos, dale, dele!. Ahh bueno no le conocía esa vena humorística y se puso serio. Ahi en la pared, al lado del aparato de la alarma, puede observar si se molesta, otro aparato, lo ve?…de reojo sin ganas contestó, see, lo veo; prosiga Donald Trump, gran constructor!. Quito tuvo el impulso de revolear el mantel con todo lo que había encima, pero respiró hondo y no le contestó. Tiene dos botones, uno verde y el otro rojo, si oprime el verde se abren diez mosaicos de diez por diez cada uno, luego oprime el botón rojo y todo vuelve a la normalidad, entiende..algo?. Carmen con la cara apoyada en la mano, lo miraba y pensaba: ¿qué al pedo los vuelve a los hombres la jubilación?. Si, entiendo, hasta ahora y?. Perfecto, vamos a hacer una prueba, vaya al tablero, de paso se queda fuera de la zona de exclusión y apriete, como un semáforo, el botón verde. metalé!. Carmen suspiró se puso de pie, se acercó al tablero y pidió la orden: ¿apreto?….Quito chilló..¿cómo apreto.,….es aprieto, usted no fue a la escuela?. Ella revoleó los ojos con ganas de tirarle con lo que tuviera en la mano, pero hizo un esfuerzo. Don Quito entendió y sacudió la orden: ¡apriete!. El rojo?…apriete el verdeeeee, el verde, verde que te quiero verde!. Carmen apretó, sintió el estallido, se le subió el corazón y algunas cosas más a la garganta, sentía que se le aceleraban las palpitaciones, se le abrieron grandes los ojos, cuando observó atónita: Quito desapareció, se lo tragó la tierra, para ser más preciso, el mosaico donde estaba parado y fue a parar como por un túnel, en realidad era uno de los túneles, al sótano de la casa, que daba a una especie de celda construida, donde no había luz, ventanas, nada, solamente unas rejas, que se abrían solamente desde afuera.
Consternada, doña Carmen, se persignó; tengo el corazón en la boca, Dios mío, a dónde fue a parar este hombre?. A la mierda! se escuchó, ahora venga y saqueme de aquí, urgente. Baje por la escalera de la casa!!!. Carmen bajó encendió la luz del sótano y lo vió tomado de las rejas y matándose de risa; ¿vió?, esto es intento de homicidio.
DOS
Pasado el tiempo le explicó que ante la ola de asaltos, motochorros, crimenes no venía mal ser precavido y que en caso de que se le metieran ladrones, si podía llegar al tablero al menos uno, pisaría la trampa. Ella al principio lo consideró como un acto de precaución de un viejo que no tiene un carajo que hacer cuando se aban los proyectos y las motivaciones en esta vida. pero con el paso de los años, cuando Quito probaba su aventura, poniendo cualquier objeto sobre los mosaicos que se iban al fondo del sótano, comenzó a valorar y a pensar en realidad, el miedo ese gigante del alma se había agrandado con el paso de los años ante la vejez que nos deja vulnerables. Por lo demás no pensaban que eso iba a ser usado y cuando venían visitas y con niños directamente, Carmen tapaba todo con un pañuelo. Cuando salían todo quedaba conectado con la alarma, salvo este raro invento de un hombre que ante la ausencia de estado y las muertes a diario, agudizó el ingenio, no le quedaba otra y prefirieron que eso fuera un secreto de estado, para que no se enterara nadie. ni siquiera la hija una vez que vino a visitarlos se enteró, luego volvió a España, les dijo que se iba a Dinamarca y que tenía un proyecto que era requerido en japón, entonces le saltó el padre: escuchame, ustedes los jovenes se van, siempre se van de este país, entonces toda la vida vamos a ser 45 millones de tipos para 3 millones de kilómetros cuadrados….asi no se hace ni se maneja un país….por que no se quedan aqui en la tierra donde nacieron y construyen como lo hicieron los capos del siglo 19?. Virginia, lo miró a su padre; tenés razón!!!sabés que tenes razón!!!Ahora me quedo, fijate vos, ahora, me quedo y comenzó a reirse. Carmen le contestó, bueno nena, pero…la verdad es que que quien nace aqui es para irse y si se van y si vienen a estudiar en las universidades, se graduan y se van, si se van todos, La Argentina va a ser un desierto. Virginia ni se inmutó, mirá mamá, sabes que piensan en Europa de la Argentina?…te largo tres conceptos o nombres: Che Guevara, Maradona y Messi!!!. Quito retrucó: y Cesar Milstein? y Sarmiento y Favaloro y Felicov..no sea desagradecida hija!!!. Que la generación actual se parezca a una manga de boludos eso no significa que no contemplemos la historia…bla, bla, bla….Pero Papá, tienen la inflación más alta del mundo..dejate de joder. Yo no hago trámites en Europa, no pago servicios, no manejo plata y aprendí a ser puntual y a tener modales. Y a que te digan sudaca?….ahhh no discuto más, ustedes siguen siendo retrógrados.
Cuando volvían del aeropuerto en el taxi se genero una mínima discusión cuando Carmen le recriminó a su marido, que media vez que veían a su hija se ponían a discutir sobre cualquier tema y Quito que tampoco podía con su genio, le empezó a contestar, hasta tan punto que el taxista estaba más metido por el espejo retrovisor en la polémica que en el trayecto. Siguieron dandose matraca, se metió el tema político pero primordialmente el de los hijos, campo práctico para que el padre empezara a hablar peste de los jovenes actuales, de los hijos, de los nietos, de los celulares, de el televisor o caja boba. llegaron a destino. El taxista giró sobre si, los miró y sentenció: tienen razón los dos, yo tengo hijos y estoy sentado 18 horas en este taxi: los hijos, nuestros hijos son una mierda, pero es lo mejor que tenemos. Se bajaron, fueron a tomar algo a Carmen se le dispararon algunas lágrimas y el marido la observaba y pensaba: pobre mujer, no se si los hijos son ingratos, pero nosotros los adultos somos responsables directos de todo lo que arde en esta sociedad. No dijo nada, le compro un helado, volvieron caminando cuando la tarde crepuscular empezó a entregarse mansamente a las primeras sombras de la noche.
TRES
Francisco tuvo una muerte rara, porque se fue a dormir la siesta, generalmente se levantaba a las 4 de la tarde o 4 y media, como no lo hizo, Carmen vino a la pieza lo habló y se convenció de que tenía ganas de seguir durmiendo, entonces se puso a regar las plantas, hasta que puso la pava para el mate y fue a despertarlo, eran las 18, abrió la ventaba, empezó a chichonearlo, dale que ya son las seis, está el mate y se fue a la cocina, allá preparó todo, las tostadas con dulce como a él le gustaba, decía que no le gustaba el mate pelado, y volvió a la pieza, entonces como Quito no reaccionaba, encendió la luz, lo vio estaba de costado con los ojos semi abiertos, pero ella sentía que la miraba. Se lanzó encima sacó sábanas y cubrecama, lo empezó a sacudir y gritarle, los remezones iban y venían, se puso muy nerviosa no podía llamar a la ambulancia salio a pedir auxilio a los vecinos, hasta que llegaron los primeros auxilios. estaba muerto.
El médico le dijo luego que había tenido una muerte que solamente tienen los hombres buenos, cuando se para de golpe el corazón y el cerebro. De todas maneras otros médicos nunca aceptaron esa teoría porque le dijeron a la viuda que todo es eléctrico y ahí hubo algo como un cortocicuito. Ella explicaba que se hacía los electro, no gordo, pero en fin, la muerte tampoco pide explicaciones ni toca el timbre ni avisa; viene la fatalidad y se lleva todo puesto.
Le avisó a Virginia, estaba en Noruega haciendo un curso, charlaron con su madre, obviamente no podía viajar ante una noticia tan apremiante, llegaría de todas maneras tarde, trató de calmar el llanto de la madre y le prometió tratar de visitarla antes de que viajara a Japón su próxima estadía. La madre se despidió pero no pudo reprimir su primer sentimiento ante la frialdad de su hija; sentía que no había sido consecuente con su padre porque en realidad todo lo que eran y tenían lo consiguieron con este hombre que dejó su vida trabajando, primero en levantarse, primero en pagar los impuestos y último en escuchar alguna vez aunque sea un reconocimiento y los que venían ahora estaban devaluados porque eran tardíos. Lo cremó como él quería y se quedó sola, horriblemente sola en los primeros tiempos, acortó heladera, iba día por medio a hacer las compras para cocinar para nadie, fue dejando de lado parientes, amigas. A veces pasaba por una iglesia para encontrar algo de paz ante la soledad que avanzaba como el desierto. perdió las ganas, extrañó al único hombre porque en aquellos tiempos se estilaba que la mujer esperaba hasta que fuera elegida para entregarse a un solo hombre. Aunque las lecturas debajo del velador la calmaban, muchas veces se aferraba a la novela que suele tapar muchos agujeros, de todas maneras se sentía vacía, vacía de nada; es cuando la persona se queda sin perspectiva o la tiene en los recuerdos. Un acontecimiento impredecible le cambiaría su vida.
CUATRO
Seis ojos la miraban todo el tiempo, cuando salía a hacer las compras, en la mañana temprano cuando comenzó a participar en una misa corta y profunda con casi nadie en la iglesia. Se acostaba a las 22 horas y se ponía a leer, las noticias, la televisión todo ese mundo quedó fuera de la casa. Apagó el velador, escuchó un ruido y lo encendió, pero como no se repitió lo volvió a apagar. Pero los ruidos volvieron, hasta que le encendieron la luz del dormitorio. Tres muchachones a cara descubierta, armados la levantaron de un tirón de la cama y la llevaron al comedor. Eran tres ladrones que oscilaban entre los 18 y 20 años, de jean, zapatillas perfectas, llevaban camperas, a uno le decían el cachi..por cachivache, a otro el negro, era morocho, y el caqui, porque su seudónimo completo era el cara de caquita. Los gajes del oficio de los chorros siempre encuentran calificativos cómicos para poner sobrenombres. Medían entre 1,70 y no pasaban de ahí, flacos, esmirriados y de un vocabulario espantoso. Carmen no sabía si estaba viviendo una pesadilla o realmente la estaban asaltando pero no le daba miedo que le pasaran el caño de la pistola por la cara por la cabeza, por todo el cuerpo. Uno de ellos, el negro le metía el caño cerca de la vagina, y la castigaba: vieja!! te gusta? te masturbas?…digo te haces la paja? jajajaja. Ella permanecía quieta porque el sentimiento de muerte en este caso la acompañaba, era tanta su soledad que en una de esas estos tipos la mataban y se iba con su viejo. ¿ Alguien quiere culiarse a esta vieja?…grito el negro mientras los otros dos vaciaba la heladera, el caqui tomaba un yogurt apretando el envase y el otro devoraba un pedazo de torta vieja, que hacía años estaba en la heladera.
Cachivache se sentó de frente a Carmen y la intimidó: mirá vieja, si colaborás no te pasa nada, dólares debes tener dólares, plata joyas todo, no nos engañes porque te violamos pero con un palo, te cortamos los dedos, te hacemos sufrir..ahora si sos una viejita buena; hasta te bendecimos jajajajaja. Carmen no tenía nada que perder pero les dijo, no tengo plata en el banco, cobro la jubilacion de mi viejo; ahi debajo de la cama, hay una agujero con una bolsa, ahi hay plata que mi marido guardaba y como no la necesité no la toqué. Muy bieeeeen así me gusta dijo caquita; mientras Cachivache que parece era el líder les ordenó verificar. Fueron, volvieron con la bolsa y la tiraron sobre la mesa. Los ojos de los delicuentes se salían de sus órbitas porque Nunca habló de dolares ni de ahorros con su marido se limitaba a gastar lo justo y estos tipos se encontraron con varios fajos de billetes, pero habia otros fajos de dólares; entonces ella recordó que Virginia solía hacerles algunas transferencias.
Empezaron a gritar, estaban encantados y contar la plata. ¿a cuanto está el dólar? preguntó el negro…pero era per codere, estaban locos de alegría. Se llevaban en total algo así como 325.000 dólares más plata más joyas más todo lo que quedó en el aparador y la heladera. El negro destapó toda clase de bebidas viejas y añejas, se hizo varios bifes, sanguches para todos. Estaban locos de felicidad. Carmen miraba; hasta que uno de ellos le recordó…viste vieja por no hacerle caso al gordo Valor…la plata está segura solamente en el banco jajajajaja. Carmen empezó a pensar; todo lo que hizo Quito habrá sido en vano, al menos los asusto y si me matan mejor y corrió hacia “el invento”, los tres con la boca llena la miraban y le gritaron que haces, a donde vas?….estás loca. Cachivache se avispó, ¡la alarma, hija de puta! y Carmen acertó cuando en su desesperación alcanzó a tocar el botón verde; y el delincuente desapareció de la escena. Los otros dos se quedaron perplejos, mientras escuchaban….¡saquenme de aqui..rápido..he caído en un pozo….dale, la voy a matar a esa vieja. pero los ladrones son ladrones y más cuando tienen la ocasión no es lo mismo repartir el premio entre tres que entre dos. Se olvidaron de la dueña de casa y del cómplice que gritaba como un loco. Tomaron todo y se fueron eufóricos.
CINCO
La noche fue larga y no era un sueño, Doña Carmen se pegó un baño, no llamó a la policía, tampoco se escuchaban los gritos de cachivache, se habría dormido esperando lo peor, lo traicionaron los compinches, y en cualquier momento llegaría la policía. Carmen se recostó y comenzó a preocuparse, si llamaba a la policía tarde o temprano el delincuente volvería y la mataría, cuando estuviera en libertad que en este país, ya sabemos nadie nunca cumple el total de la condena. Temía por lo que harían los otros dos pero se calmaba cuando pensaba que se llevaron todo y que no podían volver porque quedarían involucrados. Aunque directamente les estaba haciendo un favor al no llamar a la policía ya que no había opción de delatarlos. Pero que haría con el ladrón entrampado?….esperó que pasara la madrugada, sentía el cansancio aunque no sufrió golpes, se tomó unos mates y cuando aclaró bajó despacio al sótano, encendió la luz general, se acercó hasta la celda y vio que el ladrón dormía en el sueño por supuesto. Por el golpe no se dio cuenta, y Carmen tuvo la delicadeza de estirar el brazo y alcanzar el arma que estaba tirada cerca de la reja. Una sorpresa no había pensado que el forajido estaba armado. Subió y escondió el arma. A eso de las diez de la mañana bajó nuevamente y lo encontró despierto y sentado en un rincón. El ladrón la miraba con ojos de diablo. Pasaron minutos y no hablaron, ella tomó una silla se acercó a la reja y esperó.
Mirá vieja culiada!!!el arma debe estar por ahí, los otros ya me las van a pagar, dejame salir, me voy ya no te queda nada, por mas que denuncies a la policía no nos van a reconocer. De lo contrario, se donde vivis, conozco todos tus pasos, vuelvo y te voy a torturar ante de tirarte a las ratas. Entendes?…la hagamos en paz y nadie pierde. Carmen lo miraba pero no le contestaba. Cachivache seguía insistiendo que le abriera la reja que buscara el arma y se defendiera tenía esa ventaja y el prometía irse sin hacer ruido. Ella no le contestaba. El ladrón se sulfuraba, comenzó a gritar a tratar de abrir, imposible, las rejas, Quito lo había pensado todo hasta le hizo un bañito al lugar. Hasta que Carmen le ordenó: acerquese!!!. el ladron de mala gana se acercó: cómo se llama Usted?. Me dicen Cachivache. Muy bien don Cachivache cómo es eso de …de…¿vieja culiada?. Buehhh, ahora con eso, ya está, abrame la puerta y me voy. Carmen no se inmutó, y prosiguió; vieja culiada es una falta de respeto, veo que no sabe lo que es el perdón, debe arrepentirse, entonces lo voy a castigar; hoy durante todo el día no comerá nada, vuelvo mañana. Y se fue. El chorro empezó a gritar, noooo, escucheme doña, le pido disculapas por favor tengo dos hijos, vivo de esto, me enseñaron a robar, me mataron un hermano y asi proseguía pero Carmen no solamente que se fue sino que le apagó la luz. La situación se volvió insoportable.
Carmen se pasó el día escuchando el clamor del chorro pero puso fuerte la radio y no salía del dilema que hacía? llamaba a la policía? estaba condenada ya se lo había adelantado el rehen y cuando pensó en esta palabra tambien se angustió, estaba haciendo justicia por mano propia porque le quitaba la libertad pero en su casa, se la vinieron todos los fantasmas, ella tampoco probó bocado durante todo el día.
Encendió la luz del sótano a las 8 de la mañana, le puso cerca de la reja el desayuno le dejo jabón una tohalla y ropa de Quito para que se cambiara. Yo no voy a tocar nada de eso le gritó el ladrón. Ella se dió el lujo de gambetearlo, no importa, ya vendrán las ratas, mientras tanto soy piadosa hasta que aclare mejor y pueda cambiar el foco por uno más económico le dejo prendida la luz, y bañaese!!!!!porque no va a soportar los olores, aqui hay poco oxígeno. y se fue. obviamente que Cachivache se comió todo, pero no tocó el jabón y la ropa.
Ella bajo al medio día le dejo una sopa le insistió que se aseara y enloqueció al ladrón cuando le comunicó. preparese a las 16 horas tomará lecciones de catecismo hoy empezamos a leer la biblia. Como misiles caían las puteadas las amenazas, se tiraba contra las rejas, pero no había escapatoria, hasta que agobiado se dejaba caer y se dormía. Carmen le leía la Biblia que el ladrón ni por asomo escuchaba, le dejaba comida, la cena, pero observaba que no se bañaba. Y así pasaban los días, no hacía la denuncia, no dejaba de hacer las compras, y como si fuera un animal bajaba religiosamente para atender al detenido. Le recomendó que se afeitara, que se bañara y que se cambiara la ropa. lentamente el ladrón empezó a obedecer y le paso la ropa sucia por la reja, que ella lavó y se la devolvió. Carmen hacía de tripas corazón porque aguantaba los gritos hasta que fueron mermando, pero no soportaba el llanto entonces bajaba a hablar, ponía la silla cerca de las rejas y le pedía hablar de su niñez de su juventud, y lo que obtenía era silencio, al principio hasta que comenzó a desahogarse y verdaderamente había tenido una niñez y juventud espantosa, le contó que tomaba drogas, que si, había violado, y obvio que se encontró con un delincuente de frondoso prontuario, pero ni por las tapas lo iba a largar pero porque no sabía que hacer, tampoco manejar un arma; hasta que se le ocurrió divertirse un poco proque ya había pasado un mes, 30 días, increíble! y lo tenía ahí. Entonces le dijo ..joven Cachivache si le entrego el arma, ud me promete que se va a ir sin hacer daño?. El tipo pegó un salto le volvieron todos los colores aunque había engordado porque la carcelera lo trataba bien, bien comido.
Carmen le dijo todavía no, mañana se la entrego, el forajido empezó a quejarse a gritar nuevamente, entonces ella le hizo una trampita, vació el arma, bajó y en un descuido trastabilló y despidió el armahacia dentro de la celda; Cachivache se abalanzó, tomó el arma, ahora vas a ver vieja hija de puta, esto se hace a balazos y empezó a gatillarle a la cerradura, pero no salían las balas, observó y le pidió las balas!!!!!..vieja ud le sacó las balas!!!, Carmen, para colmo se reía lo que enardecía al muchacho, Viste, no se puede confiar en nadie en este mundo la tenes descargada de que te sirve?.
Pasaron tres meses, la rutina no cambiaba, nadie venía, nadie escuchaba nada, la policía nunca se enteraba, los cómplices nunca volverían; ni el ladrón sabía que pasaría con su vida ni Carmen sabía cómo terminaba este novelón realista.
EPILOGO
CACHIVACHE!!!! HAN PASADO 6 meses, mañana te vas, prepará la ropa, cuando duermas te abriré la puerta y yo desaparezco. Ufff se desahogo el muchacho y lloró con lágrimas dulces. Por la noche estaba enloquecido, la ansiedad lo mataba estaba a punto de recuperar la libertad. Por la mañana, Carmen bajó con el desayuno, ante la angustia de cachivache, pero cómo usted me dijo….te dije te dije..pero despues me arrepentí….Noooo vieja hija de puta…Ehhh el catecismo….la puta que te parió…que boquita, sabes como se llama esto…levantar falsas expectativas…. te he dado esperanza…y ahora te la quito. El ladron se desplomó y se puso a llorar. Carmen se fue con una frase…viste?..todos somos buenos hasta que somos malos!!!jajajaja.
Alcanzó a llegar arrastrandose por la escalera y pudo bajar la tapa, sintió un dolor punzante en el pecho; llego hasta su vecina, llamaron a la ambulancia y se la llevaron de urgencia. Carmen murió a las 11.22 AM de un infarto fulminante. Los vecinos cercanos le avisaron a la hija, pasado unas semanas ella hizo los trámites para vender la casa, no volvería a entrar a ese lugar donde nació y vivieron sus padres. Una inmobiliaria se encargó de todo; nunca bajaron al sótano donde ya no se escuchaban ni lamentos. La casa estuvo cerrada mucho tiempo, costaba venderla, hasta con los muebles porque los compradores decían que era una casa vieja con muebles viejos de gente que vivió vieja. Y era cierto. Hasta que un día compró la casa una familia.
Varios patrulleros llegaron presurosos, el dueño estaba espantado; los policías bajaron al sótano y se encontraron con un hombre momificado semi parado aferrado a las rejas, con los ojos ásperos y abiertos mirando la nada.
Se secó en la planta el fruto del árbol envenenado.
jc malis derechos reservados.