
CUENTO.
UNO
Eleazar tenía 10 años, el hermano mayor lo llevó al zoológico y cuando salieron del serpentario, tenía ganas de vomitar, las víboras de distintas formas arremolinadas, babosas, en otra parte se tuvo que contener cuando el cuidador le tiró una paloma a una víbora altiva y atenta, giraba la cabeza para no perderse nada. La paloma se posó sobre una piedra y la víbora se le acercó, parecía que la hipnotizaba, la paloma se entregó mansamente, luego de devorarla expulsó todo el plumaje. Se quiso ir pero el hermano le dijo esperá, a otra serpiente le pusieron un conejo. Éste resistió porque se escapaba, la esquivaba, no quería morir. El niño tomó parte y se alegraba cuando el conejo esquivaba y no se entregaba. Pero el animal se cansó, la serpiente perdió la paciencia, se acercó astutamente, se irguió y lo mordió; al animal le empezó a dar convulsiones efecto del veneno mortal, la víbora se relamía y Eleazar salió corriendo.
Caminaron ante animales aburridos, el cautiverio tiene su precio, tienen casa y comida, pero nunca más son ellos mismos. Los carteles en todas las jaulas prescribían: NO ESTRESE A LOS ANIMALES. Un mono tenía entre sus manos o algo parecido a las manos del hombre, una banana pelada hasta la mitad. Jugaba, con la otra mano trataba de contrapelarla, tratando de restaurar la banana original sin pelar, pero la cáscara como tiras volvían a caer. El hermano le dijo: es seguro que le dieron la banana a medio pelar y no la va a comer. El niño preguntó ..pero por qué?. Porque he leído a Max Seller cuando dice que si le das a un mono una banana a medio pelar, no la va a reconocer como banana, entonces no la come; porque es él el que la tiene que pelar. El niño se sorprendió, de repente, el mono se comió la banana y le dijo a su hermano mirá!!! ¡a la mierda Max Sheller!.
Siguieron viendo animales enfermos de cautiverios de rutina, que miraban a la nada. Se enfrentaron a dos espejos, uno cóncavo y el otro convexo. En uno se veían petisos y gordos y en el otro altos y esbeltos. Ambos prefirieron el convexo porque figuraban lo que querían ser, esbeltos, pero eso es una ilusión y cuando se iban el hermano le dijo, sacate la imagen, porque los espejos no tienen memoria. Cuando iban saliendo, varios hombres le habrían la panza a un hipopótamo; se quedaron paralizados. Uno de ellos dijo, aquí está la causa: era un zapato, no lo pudo digerir y murió. Eleazar se conmovió..pero por qué le dan de comer zapatos!!!!. el hermano trató de explicarle: porque el pero animal en esta jungla es el ser humano!!!. Eleazar no quiso entender, el hermano le acarició la cabeza y lo confundió más…pendejo, aprendé, te vas a comer muchos zapatos en esta vida!.
DOS
A Eleazar aquellas imágenes les quedaron para siempre en la memoria, con la cabeza nueva grabó todo y ya adulto se resistía a la serpiente contra el conejo, al zapato en la panza de un animal y que lamentablemente prevaleció en su figura el espejo que lo devolvía gordo y chato. Y su vida promediando los 40 años no había sido muy distinta porque tomó una mala decisión que lo marcaría para siempre. Sus padres fallecidos y el hermano mayor se fue a vivir a Europa, precozmente se quedó solo, empezó a divagar hasta que un sacerdote lo convenció de que se saliera del mundo y lo mejor era meterse en un seminario, asi lo hizo y una familia adinerada, pagaba toda su carrera, creyendo quizás que ese acto de caridad era un ahorro para que aun ricos se fueran directamente al cielo.
Desde los 14 años Eleazar estudiaba, iba a misa y estaba en el seminario para terminar el ciclo secundario luego le quedaban cuatro años para estudiar filosofía y cuatro años más para estudiar teología, recibido ya podría buscar un lugar que le asignaran para ejercer el sacerdocio. A los 16 años, todo cambió y su mundo comenzó a entristecerse; comenzaron a levantarlos a él y diez chicos más a las 4 de la mañana, no necesariamente para rezar, los maestros los hacían desnudar, y debían ponerse en contra de la pared. Eleazar comenzó a temblar y muchas veces creyó que un barquero le llevaba por el rio Aqueronte donde van las almas perdidas hasta llegar a un lugar cuyo frontispicio revela: ABANDONAD TODA ESPERANZA QUIENES ENTREN AQUI. O sea el infierno.
Eran cinco sacerdotes, primero pasaba uno de ellos, los chicos siempre debían permanecer con el cuerpo y los brazos levantados contra la pared, dejando la espalda hacia quienes venían pasando. Uno les decía al oído que si alguien contaba esta experiencia, sería echado inmediatamente del seminario y después se irían al infierno. Los cinco les repetían en la primera vuelta lo mismo; los chicos temblaban de miedo y de un frío seco y la transpiración fría les corría desde la nunca hacia abajo. Les hacían abrir las piernas. El primero los manoseaba metiendole las manos en las partes pudendas. El siguiente los besaba de arriba a abajo. El tercero le asentaba los genitales en la cola. El cuarto le abría los cachetes pero no los penetraba y el quinto, besaba, mordía y les metía el dedo en el ano. 3 chicos al principio se desmayaron, pero no los alzaban los dejaban tirados.
La segunda ronda era letal, empezaban se turnaban y los penetraban sin piedad, se escuchaban llantos y quejidos lo que exasperaba más a los monstruos. En la mañana siguiente debían lavar las sabanas con sangre o serían castigados. Los ritos, los estudios, los exámenes, las visitas de padres que se encontraban con los hijos un poco reprimidos, continuaban, como si no pasara nada. La violación en grupo era cometida por los mismos profesores que impartían las materias y se producían los lunes…miércoles..viernes y a veces también los sábados. Los sangrados eran disimulados, los que lloraban, debían permanecer arrodillados en los claustros durante horas. Cuando Eleazar cumplió los 18 años, ya hacían dos, que le estaban haciendo lo mismo en el mismo horario y nadie se enteraba. Solamente 3 jóvenes abandonaron, hubo algunos reclamos de los padres pero todo se tapaba y quedaba impune. Los epítetos eran terrible, los trataban de tarados , de culo roto, de diablos hasta dejarle la autoestima a la altura del zócalo.
Un día apareció el hermano, encontró irreconocible a Eleazar, estaba cambiado, ahora era un hombre, se le engrosó la voz y pidió permiso para llevarlo a pasear pero no se lo concedieron. En las futuras charlas entre ellos, el joven se fue abriendo hasta que no pudo más y le contó a su hermano de estas prácticas diabólicas a las que se lo sometía desde hace un par de años. El hermano estalló, pero cayó en la cuenta de que si denunciaba lo echaban, y se lo tendría que llevar con él, pero lo manipuló para que comprendiera que con aquella mujer tuvo hijos y no tenía lugar. Después desapareció para siempre.
Un día harto de estar harto, el joven se llevó lo poco que tenía, en un bolso y se marchó en la madrugada, anduvo vagando y haciendo changas hasta que consiguió trabajo en una carpintería y ahí lo hospedaron, había cumplido 21 años debía hacer el servicio militar. Cuando fue a que lo revisaran los militares, lo hicieron agachar como a todos, le vieron el ano, y en el acto junto a otros lo sacaron de la fila. Se salvó de hacer la colimba, un médico le entregó el documento y le explicó, ud es homosexual y no son admitidos aquí. Eleazar le quiso explicar que no era homosexual porque no sentía nada pero el médico fue tajante ante la pregunta: lo penetran a usted?…es característico, los homosexuales como ud tienen el ano de color oscuro y se nota agrandado. Si pero…le explico…No explique nada, ustedes los putos se quieren quedar para que se los cojan los milicos que aqui estan hambrientos….retirese!. Eleazar se fue y sintió en el estómago el mismo dolor del hipopótamo que recordaba se murió con un zapato en la panza.
TRES
Eleazar entró a una empresa, siempre vivía en pensiones hasta que un compañero, lo llevó a su casa vivía solo, se le acercó y le propuso sexo. Curiosamente no era afeminado, pero no había tenido contacto con mujeres ni con hombres despues de como dice Mallea aquel escándalo reprimido durante años. El compañero convivió con él durante un año, lo poseía, comían y hacían las compras juntos, hasta que un día se cansó y lo echó.
No tenes alma hermano, no tenes fuego, no se quien sos, lo único que haces es darte vuelta en la cama, yo te cojo, acabo y me duermo..sos una muñeca inflable. No te quiero más en mi casa. Eleazar no le contestó y se marchó. Despues estuvo viviendo con una mujer que tenía una pensión, ahi lo cobijó, estuvo 5 años pero esta mujer lo vio atractivo y se le metió en la cama, creyendo que era el hombre ideal, pero se encontró con un ser como si no tuviera piel. No reaccionaba, no tenía erección. La mujer se sintió muy incómoda y se retiró sin antes tranquilizarlo era buen pensionista no molestaba, pagaba regularmente. Eleazar la sereno. Aquí usted nunca estuvo y le cerró la puerta de la pieza.
Se miró al espejo habían pasado 50 años y no sentía, nunca se enamoró, no reaccionaba, estaba castrado, aniquilado y jamás pensó en contar su desgracia a un psiquiatra, a los médicos. Nunca en su vida salvo el dolor de la primera penetración pudo sentir nada. Esa nadidad abarcaba todo su ser porque no tenía alegrías, amarguras, reacciones, proyectos, ilusiones, anhelos..era eso, la nada personalizada. No supo más de su hermano, nunca fue al cementerio a visitar a sus padres. Miraba el espejo y pensaba que el espejo lo miraba a él. Reprimido se convirtió en un trashumante insípido que no lo atraía ni la vida ni la muerte. Un frustrado como heterosexual y homosexual. digamos un asexuado por vocación de diablos cuando él creyó haber encontrado la vocación de servir a Dios.
CUATRO
Estaba sentado en el banco de una plaza, la siesta paralizaba la vida como las estatuas, debajo de un árbol. Una mujer de unos cuarenta años se sentó y como no quien quiere la cosa se pusieron a hablar de bueyes perdidos. Ella le ofreció un mate, Eleazar aceptó, los niños que nunca dejan de jugar, los perros que viven la vida como si fuera la primera vez, el lago los peces que se alborotan con las tutucas que le arrojan los niños. Un páramo en este paraíso loco que es la vida. Hablaban, divagaban, ella le llegó a contar de su vida que estaba contenta con ella misma, porque se llevaba bien consigo mismo, ya había trajinado los sismos del amor y no quería saber nada ni siquiera intentar escuchar los murmullos del corazón. ¿y usted, que cuenta?. Eleazar que era la nada, lo que podía contar era solamente alguna que otra banalidad, esas trivialidades de la vida. Digame Marisa!! bueno dijo yo soy Eleazar. Y la parte más profunda y visceral comenzo cuando Merisa preguntó: esa estatua que está ahi, la Venus de Milo contestó Eleazar, justamente que dice, que le dice..¿ que es una estatua, prosiguió Marisa?. Eleazar suspiró ante el tercer mate….Una estatua es, una alegoría, una alegoría es una metáfora que en este caso representa con la Venus de Milo el estudio que hicieron los Griegos sobre las proporciones perfectas de una mujer.
Marisa se quedó aturdida, porque estaba ante un tipo culto, no olvidemos que en el seminario con la tragedia y todo había aprendido mucho. ¿ Usted es profesor?…noo, trabajo en una empresa de elementos electrónicos. Ahhh y a quien se parece lanzó Marisa!!!. Eleazar esbozó alguna respuesta hasta que comenzó a hablar y hablar y ya no quería parar tocando todos los temas como si se hubiera desocluído de su alma todo los lastres que venía juntando durante su vida. Ella lo escuchaba y Él concluyó o sea que esa estatua soy yo!!!. Cómo?…y por qué es usted?. porque no dice, no toca, no siente, no tiene vitalidad, es indiferente, no le importa que estemos hablando de ella..me parezco demasiado salvo que soy estatua de carne y huesos. Marisa estaba azorada: no toca, no siente, ya que habló tanto y de todo, digame que quiere decir que no toca ni siente?.
2 horas 47 minutos, mates fríos, tardó Eleazar para contar todo lo que padeció en el seminario que le marcó el destino para siempre. Marisa absorta no sabía que decir, y comenzó a sentirse mal que estuviera hablando con una persona que no decía lo que parecía, que era culto, se habló todo y se comparó con una estatua. que no sentía, que no podía tocar, que no era homosexual ni hetero y que era asexuado por un daño que le hicieron en el seminario. Al día siguiente ambos tenían ganas de seguir y siguieron y ella le puso una mano en su mano y él le reiteraba no siento nada, no tengo líbido no se si soy hombre o mujer, directamente no soy. Y pasaron los días pero comenzaron a sentir que podían tocar temas que podían analizar algunas cosas, que quizás por ahi se dejaban ver algunos proyectos. Una semana estuvo Marisa sin ir porque le operaron una tía y la tuvo que cuidar y Eleazar no sabía si estaba feliz por estar triste lo que no iba o estar triste porque eso significaba que sentía algo por lo tanto algo de felicidad había traído la marea. Apareció con su bolso del mate y Eleazar sintió que el alma le volvía al cuerpo y Marisa ya estaba sintiendo cosas por lo menos el corazón estaba haciendo barullos.
CINCO
¡ hIjo de puta, te voy a matar, te voy a mataaaar, la puta que te parió, mentiroso, te escupo, toda la vida me mentiste, porque me dijiste me mostraste que yo era lo que no era y que no era lo que realmente era. Tomá y le lanzó una silla al espejo. El espejo parecía decir: pará boludo que yo no tengo nada que ver en esto ..soy un reflejo. Eleazar seguía, mentiste sucio, como en aquel zoologico, no te quiero ver más..me perdí los mejores años de mi vida, y resulta que ahora a los 55 años me vengo a enamorar a sentir a amar, aunque no se lo que pasará , no la puedo tocar…y le tiró un banco, tan fuerte que el espejo estalló. Quizás conjuró el hechizo, la cuestión que ese espejo desapareció del lugar y la llamo a Marisa porque tenía que contarle algo importante.
En la tarde estaban los dos tomando la merienda en una confitería..le costó pero se lo dijo: yo te amo!!!yo temblaba…siento que te siento, que no puedo estar sin vos…me vibra todo el cuerpo. Marisa le contestó con una expresión breve y demoledora: Yo desde el primer día me enamoré de vos!. Se quedaron mudos, no hablaban, solamente se miraban, y a él comenzó a sucederle algo que nunca había padecido, jamas!!! se le empezaron a correr las lágrimas!!!!Eleazar ahora lloraba, estaba vivo!! sentía, su ser se estremecía y ella sentía que amaba a aquel hombre que se presentó como una estatua.
Caminando debajo de los árboles ella se reclinó en él y preguntó: te puedo tocar?….Eleazar asintió y cuando sintió la carne que busca carne..la sangre de la sangre, los latidos de su corazón, la vibración de su libido despierta y urgente, se echó en los brazos de Marisa para llorar lo que no lloro en toda su vida. Ella dejó que llorara todo, que limpiara todo, que desahogara y expulsara como un exorcismo ese monstruo de los monstruos que lo acosaron.
Mientras viajaban ella le preguntó si ahora era feliz..tan feliz como ella…Eleazar creyó que desde que nació se había preparado para dar esa respuesta: por comparación SOY EL HOMBRE MÁS FELIZ DEL MUNDO, PORQUE SE LO QUE ES EL INFIERNO.
FIN
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