
ELOGIO DEL CAGAR
Mi primer recuerdo de esta función se remonta a los 4 años, jardín de infantes, en el recreo tuve ganas de hacer caca, me espanté al ver la multitud en el bañó, volví al aula y me resigné. Qué olor!!!dijo la maestra. Revisó uno por uno, hasta que me tocó a mí. Llamaron a mi madre y me arrojó a un fuentón. Pasó el tiempo, me fui a vivir al campo y viví intensamente el mundo del retrete. Era fascinante, debía estar de cucliyas, todo era natural, aunque llegué a temer que me hundiera en esas fauces de magma, para quedar tapado de mierda. Después ya sabemos, el inodoro, el apuro cuando llegamos corriendo pero no alcanzamos la meta y debemos bañarnos enchastrados. Leo Buscaglia decia: felicidad es mente llena, intestino vacío. Viví el infierno de los cólicos y ahí comprendí la metáfora: ¡CAGAR FUEGO!. Las anécdotas son infinitas, en la villa Sais, estaba sentadito en el inodoro, cuando veo que por debajo de la puerta se deslizó algo como de goma, era una laucha, no asustamos los dos, yo me convertí en el hombre araña, quedé pegado en el techo. Que la era tecno no nos quite uno de los mayores placeres del reino animal, el acto escatológico de cagar. Y coincido con G márquez: EL MUNDO SE DIVIDE ENTRE LOS QUE CAGAN BIEN Y LOS QUE CAGAN MAL.Y quienes consideran que este artículo es vulgar, no olviden, que ellos también cagan.
