ACOTACION: EL RELATO ES REAL CON PINCELADAS DE FICCIÓN.

CAPÍTULO UNO.
Estamos en trinidad, después del terremoto que devastó la provincia en aquel enero que no se olvidaría Jamás en 1944. Porque la memoria no elige el olvido ante dos circunstancias precisas en la vida del hombre: la tragedia y el ridículo; de esos dos cimbronazos no se vuelve. Miguel Andreu no llegaba a los veinte años. Venía de una niñez espantosa, presagio quizás de lo que el destino le tenía designado. Opuestamente a que somos artífices, ya estamos predestinados como dice Malachi Martín: la predestinación existe y es un misterio irresuelto. Y es cierto de lo contrario no existirían los profetas y para no ir tan lejos los sueños premonitorios, el pálpito, la intuición femenina que se adelantan algunos capítulos de nuestra existencia, advirtiéndonos lo que viene, lo que nos va a pasar y que no podemos corregir ni alterar.
Una familia de alcurnia cuando Miguel tenía solamente 7 años, lo presiona al padre que era español para que le vendiera la finca del Médano de Oro. El padre con su esposa y su hijo, no necesitaban más para ser felices con lo que tenían. Pero la familia aristocrática insistió ante el No insobornable de Don Andreu. En una noche envuelta en tinieblas, dos sicarios le pegan dos balazos en la espalda y le incendian la casa. El padre de Miguel agoniza durante tres días, pero está lúcido para contarle a la policía la historia; los delincuentes son detenidos y antes de morir la víctima los reconoce. Los malhechores cantan, confiesan y el mentor va a la cárcel. Garbini se quejaba desde el púlpito porque esta familia era bondadosa con el diezmo y sale a defender al mentor tratando de que lo liberen. Logra que esté en la cárcel sobre una pena que merecía perpetua solamente un año. Bueno ya sabemos lo que históricamente es la justicia en esta provincia.
El niño queda con ese espanto en el inconsciente y como esta parte del cerebro no razona, jamás se sacará de encima la muerte del padre. Tiene 7 años y se va en una tren de cargas; ahí prematuramente comienza a dar señales de lo que sería su destino. Promediando los 45 años, él muere en 1992 con 67 años; me contó varias veces este fenómeno sobrenatural. Vivía después del terremoto en Trinidad, hacía mucho calor, demasiado y en aquellos tiempos el aire acondicionado por las noches era salir al patio y dormir al aire libre bajo la luz de las estrellas. En este caso bajo de una enorme higuera. A Miguel le habían regalado un libro de magia negra. Y había empezado a leerlo con entusiasmo, ya estaba llegando al final cuando se produce el primer fenómeno.
Estaba acostado debajo de la higuera, adormeciéndose cuando siente que no puede abrir los ojos, hace un esfuerzo pero no hay caso. inmediatamente siente que dos manos se apoyan apretando la almohada en ambos costados donde apoyaba su cabeza y percibe un aliento, como si alguien respirara sobre su rostro. Se inquieta, es lógico, hasta que puede abrir los ojos y observa lo siguiente:

Es el rostro del demonio que se le aparece, lo que vio lo describió, obvio que no es exáctamente así, es lo que me imagino que debe haber visto. Ya no pudo dormir, pero era testarudo, en la noche siguiente como se estilaba en esos tiempos cuando generalmente iban armados. Permítanme la digresión, las generaciones actuales no tienen idea de lo que era la sociedad de esta provincia allá por aquellos años cuando eran comunes los tiroteos, los asesinatos, crimenes a gobernadores. Inclusive aqui se acostumbraba a castigar a los enemigos, tajeándole el ano y sentándolos en grandes hormigueros que había entonces.
CAPÍTULO DOS
Miguel era testarudo, si bien quemó aquel libro maldito, nadie lo disuadió de que en la noche siguiente saliera al patio. Así lo hizo y como se estilaba para luchar contra el mal le hizo cruces a las balas, en la punta de las balas de su revólver fue y se acostó en el mismo lugar a la misma hora y esperó. Esa segunda noche, volvieron las señales pero más difusas y débiles, abrió los ojos después de dormitar, y vio nuevamente la figura del monstruo pero más difusa, se fue perdiendo en el espacio y escuchó eso si, la estruendosa carcajada demoníaca. No volvió a leer nunca más esos libros de la magia negra, roja aunque él creía que el mal nunca se le despegaba. Decidió entrar a las fuerzas armadas, llegó a ser sargento. Le gustaba alzar pesas, tenía un físico corpulento y dirigía la sección de tanques de guerra.
Para un desfile militar dirigía los tanques antes de salir del regimiento, estaba de espaldas dando órdenes, y se desplazó otro tanque, con tal mala suerte que quedó apretado entre dos tanques. La muerte lo buscaba y en el cuartel le prepararon una habitación para velarlo porque nadie nada un céntimo de que ante semejante accidente podría vivir. Aun de buen físico y resistencia, le practicaron un par de cirugías, le hicieron injertos con carne de cordero e increíblemente sobrevivió. Aunque después de esa tragedia decidió dejar las armas. Pintón, de buen porte, cuando estaba recuperándose de aquella desgracia, la memoria no le dejaba pasar no solo el trauma del accidente, sino la presión quizás más fuerte que los dos tanques, es cuando en la cama, con las piernas colocadas hacia arriba, operado y en esa posición de absoluta indefensión comenzaron a visitarlo a veces en forma simultánea cierta variedad de novias, algunas se le acercaban par darle un beso en la mejilla y le dejaban frases alentadoras como ¡ ojalá te hubieras muerto!.
Siguió un tiempo su neurosis por las dificultades de la vida lo hacían pelear permanentemente con el demonio, era como una obsesión, ante obstáculos cuello de botella, insultaba al demonio y le profería: ¡ yo me perderé, pero vos ya estás condenado desgraciado!!! y epítetos por el estilo. Un mal día se casa con una mujer de ascendencia japonesa, bastante liviana con los hombres. Lógicamente que él no lo sabía. Estando en el cuartel, volvía a la casa que le asignan de los suboficiales y se encuentra con el devastador panorama de ver en la cocina a su mujer y un soldado que la tenía contra la pared, teniendo una relación sexual. Enloqueció, buscó el Fal, le puso la bayoneta, que es un puñal adelante ensartado al cañón y salió a correr al soldado por todo el regimiento. No lo pudo cazar, pero volvió, entró la tomó del cuello a la mujer contra los azulejos de la cocina, tenía unos puños de acero, estaba decidido, le apuntó contra la cara y con todas las fuerzas como un proyectil le lanzó la trompada más enojada del mundo. Un rapto, milésimas de segundo hizo que desviara ese misil y pegó la trompada partiendo los azulejos. Con los años mostraba como se le habían deformado los huesos de la mano. Tuvieron una hija. la mujer se le escapó con un hombre, se divorciaron en Uruguay y se fueron a vivir a Estados Unidos.
Miguel siguió viviendo aquí con su heroica madre que tuvo oportunidades de volverse a casar, pero fiel a la estirpe de aquellas mujeres le pedía el consentimiento a su hijo que siempre le decía que NO, y así le frustró a su madre intachable, enfermera, a que tuviera una segunda oportunidad en la vida. Luego con los años, no había día que no recordara con dolor aquellas negativas delirantes contra su madre.
TRES
Tendría 45 años, vivía con su madre, estaba en cama leyendo a San Pablo, tenía ganas de estar con una mujer, pero dijo NO, tengo que seguir un camino que me libere de estos fantasmas, entonces experimento la metanoia o iluminación y se convirtió al catolicismo. Le pedía a Dios todos los días que lo perdonara por los desplantes a su madre y que le diera la posibilidad a ella de morir en paz, sin dolor y en forma anónima y Dios lo escuchó, como era mecánico todas las mañanas se levantaba y le llamó la atención de que no estuviera preparado el desayuno. Entonces entró al dormitorio y observó que su madre había muerto durmiendo, tal cual él lo pidió. Su vida cambió ostensiblemente, los amigos del Andes Moto Club cuando se juntaban en el Cabildo en la calle Santa Fe, no podían creer la transformación que Miguel hizo con su vida. En las discusiones, en los debates, era un hombre de Cristo, como un apóstol, se hizo casto, se entregó a la iglesia cumpliendo todos los ritos y con mucha lectura cristiana.
Sin su madre, vendió la casa, consiguió una visa como turista y se fue a vivir a Estados Unidos; quería ver a su hija que andaría por los 25 años, y de paso empezar como cristiano a visitar catedrales de Estados Unidos y de Europa. En el país del norte vivió dos años, conoció a su hija quedó un poco decepcionado de la vida liberal como es allá y no pudo contener la curiosidad de visitar a su ex esposa. Fue a verlas y se encontró con el esperpento de una mujer alcohólica, arruinada, vivía con el mismo hombre con quien consumaron la huida y se decepcionó no porque guardara alguna nostalgia de amor, sino porque al verla asi en ese estado se le volvió todo el pasado que había vivido con esa mujer. En Estados Unidos sufrió porque la carne tira y se acostó con algunas prostitutas. Entonces se deprimió creyó haberle fallado a Dios. Gano buena plata porque tenía dos trabajos, hasta que decidió cortar con todo ese mundo, le dio buena plata a su hija y se marchó a España donde sus primos tenían una cadena de hoteles.
En todo este tiempo de conversión, sufría más que por los dictados de Dios, por cierta obsesión que desde niño lo persiguió con el asesinato de su padre. Monseñor Distéfano en una visita cuando le confió que sufría mantener la castidad, casado ante Dios aunque su mujer se le fuera y divorciaba, si tenía contactos con una mujer se creía pecar por adúltero. Distéfano con buen criterio le dijo: mire Miguel el sexo le va a venir como las ganas de comer; de todas maneras tambien tenía remordimientos porque en su juventud cuando no le importaba Cristo, solía ante cualquier contrariedad expresar ¡ me cago en dios!..pero ahora las obsesiones crecían y no las podía controlar cuando leyendo la biblia e caía como un puñal la parte donde Cristo advierte, pueden pecar contra Mi y el Padre pero el que insulte cometa perjurio contra el Espíritu Santo, ése, no será perdonado. Y me confesaba que él había blasfemado mucho contra el Espíritu Santo. Traté de explicarle que la neurosis es asi, no nos deja que nos perdonemos pero no había caso.
CUATRO
Miguel Andreu Nebot parecía otro hombre, se temerario se volvió manso, comprensivo y si bien pasaba la mayor parte del año en Mallorca donde tus primos tenían los hoteles, se dedicaba a la mecánica superlativa, allá mantenía automóviles de millonarios y preparaba también motocicletas para correr carreras. no Podía vencer la nostalgia con su San Juan y dos por tres venía decia que ya no quería viajar en aviones que se quedaba para siempre, pero no había caso, sin raíces desde la tragedia de su padre, tenía un pie en Europa y otro pie en la Argentina. Viajó durante veinte años asi, dos veces y a veces tres veces por año, cuando estaba aquí aprovechaba para ganarse unos pesos arreglando, afinando lo que sea a automóviles de Francisco Montes, Jorge Enrique Estornell, se especializaba en automóviles caros de alta gama porque era muy estudioso en la materia.
Amaba a Cristo pero vivía peleando con el diablo o con sus propios fantasmas, pero contaba que lo que le sucedió en Trinidad no fue una ficción, leyendo el libro de magia negra estaba haciendo un pacto con el demonio, quien se le presento para firmar el contrato. En uno de los viajes se ausentó dos años, llamaba la atención que no se tuviera noticias de él; hasta que apareció un día y contó lo que le había sucedido. Bastante romántico le jugaba en contra de tipo célibe y tenía que contener todas sus potencias porque consideraba que nunca le fallaría a Cristo. En la familia de sus primos aquí, había un debate donde casi todos creían que estaba loco, que una buena compañera no iría en detrimento de su amor por Dios lo que lo convertía paradójicamente en un hombre que amaba con todo su corazón los asuntos de Dios pero a la vez era un hombre torturado. Resultó ser que mientras estuvo en esos dos años que no vino, en Mallorca se enamora de él la esposa de la dueña del hotel donde residía. Con el agravante de que el marido era un flor de tipo y su amigo. Pero quien lo despertaba para el desayuno, el preparaba la cama y le limpiaba la habitación era la mujer; que logró que Miguel se enamorara perdidamente de ella, pero debía contenerse, muy honrado no solamente por su imposición de no volver a tocar una mujer sino que tampoco lo iba a traicionar al amigo. Eso fue una savia que fue subiendo y subiendo. Se había enamorado, como un sacerdote que se enamora y debe luchar para decidir si se va del ministerio por una mujer o supera ese sentimiento. Debe ser terrible.
Y por lo del amigo, Miguel era un tipo muy honrado, por ejemplo cierta vez que trabajaba en un taller en Mallorca, cuya propietaria era una mujer. Miguel hizo un trabajo en un automóvil y le informó a ella del precio por los gastos, repuestos, mano de obra y por ejemplo, supongamos porque de las cifras no me acuerdo, Miguel le dijo esto vale 3.000 euros y la dueña le contestó, cobre 5.000 euros. Entonces él le contestó No!!!, hay que cobrar 3.000 euros, ella le dijo, mire, aqui mando yo le cobra 5.000 o pase que le liquiden lo que le deben. Y Miguel tan honesto le contestó que si, que se iba y se fue.
Mientras tantos el amor, era devoción que pedía piel y en su su lucha entre el amor de una mujer que era la esposa del amigo y dueño y lo que correspondía, pasó mucho tiempo, el corazón se enojó con él y le dio un infarto. Lo llevaron a la clinica le hicieron una gran operación pero no tenía para pagar. Lo comprendieron pero le dijeron; cuando pueda devolver el dinero hagalo porque aqui viene gente como ud. no tienen dinero pero no los dejamos morir.
El últimos de los caballeros delicados asi lo recuerdo daba la palabra y jamás la cambiaba , era decididamente insobornable, lo agredían pero no respondía con violencia nunca, cortez, protector el hombre que cualquier mujer quiere tener, pero no pudo ser feliz con las mujeres. Impresiona la transformación de un hombre que era de mundo, tenía todas las mujeres, corría en moto, peleaba a puño pelado, audaz y vivía de su esfuerzo, no necesitaba subsidios, jubilaciones y aqui hacían 40 grados a la sombra pero no tenía reparo en sentarse en un banco de la plaza y leer un libro.
CAPITULO 5
Llamo a un amigo desde Europa y le dijo que venía a dejar los huesos. Porque se moría. Supongo que el viaje fue espantoso porque venía infartado. Me informaron inmediatamente hablé con la esposa del doctor Lirussi jefa del servicio de cardiología del hospital Marcial Quiroga. Se bajó del avión y ya estaba la ambulancia, lo internaron inmediatamente. Salí de la radio cuando terminaba Informadísimo y me fui directamente al hospital. Llegué, el médico me dejó entrar, quería despedir al amigo y me encontré con Miguel intubado, en coma con mucha dificultad peleandole a la muerte, que le pedía que se entregara. No olvido que le pregunté al médico: ¡ hasta cuando!, me comprendió y me dijo, es hasta que se acabe la droga..en diez minutos, se termina todo. Me di vuelta, salí me fui a un rincón y me largué a llorar.
Me sequé las lágrimas para hacer los trámites, había dejado una imagen de la Virgen para una parienta y el dinero para los gastos del funeral. Entre velorio, año 1992, cajón y tumba en el cementerio de la capital, cochería San José, el costo total fue 1490 dólares. Sentí un estremecimiento en su bolsillo había 1490 dólares.
Pasaron como veinte años. Me encontré con una parienta. Me dijo mirá Miguel dejó algo también y lo tengo ahi desde hace muchísimo si lo querés….Si le dije, por supuesto. Me dijo tomá, me lo puse en el bolsillo, ¡habían pasado 20 años! ..”20 años que nadie lo vio, lo tocó como si me hubiera estado esperando!!!!. Lo llevaba con él, generalmente lo tenía en las manos, lo compró en Madrid de plata con madera del monte de los olivos. Aquel Cristo, cuanta emoción, olvidado pero me estaba esperando a mí, porque me eligió a mí…y es el que late en mi pecho. Yo le había visto en el pecho a una mujer un Cristo de Oro curvado y no quise decir nada, el marido me lo robó de mi casa y se lo obsequió. Pero Pense en comprar otro, sin embargo alguien me trajo del Vaticano otro Cristo. Se le había aflojado el tornillo del medio que lo sostiene en la cruz y giraba. Fui a un sacerdote y le pregunté..que sentido?…y me dijo…si, gira…sigue tus pasos. Se lo puse en el pecho como préstamo a mi hija y dice que se lo robaron. Hasta que me alegra que Dios haya dicho basta!…yo que estuve latiendo en el pecho de Miguel..te estuve esperando, no lo pierdas, no te pierdas, no me pierdas…¡ESTE ES EL TUYO!.
J CARLOS MALÍS.

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