
Venezuela: ¿Cuál es el propósito de la flotilla naval enviada por Trump al Caribe?
El interrogante que plantean teorías especulativas es si la flotilla naval se ha desplegado sólo para interceptar el tráfico de drogas.
Nicolás Maduro y Donald Trump. Foto: Federico Parra and Jim Watson AFP
El reciente envío de una flotilla de navíos de guerra al mar Caribe por parte del gobierno de Trump ha desatado innumerables teorías o especulaciones sobre su verdadero propósito. La flotilla incluye más 4000 marinos, submarino nuclear, cruceros, destructores y un grupo anfibio de asalto y aviones de reconocimiento
Ostensible y oficialmente, tal envió responde a la necesidad de contrarrestar la amenaza a la seguridad de EE.UU. que emana de Venezuela, país identificado como estado narco terrorista, y dirigido por Nicolás Maduro, jefe del Cártel de los Soles, para cuya captura se ofrecen 50 millones de dls. Para EE.UU. Maduro no es sólo un presidente fraudulento e ilegítimo, sino un dictador y jefe de un narco estado.
Sin embargo, el interrogante que plantean diferentes teorías especulativas es si la flotilla naval se ha desplegado sólo para interceptar el tráfico de drogas, o sino también como un instrumento de presión y/o de coerción para derrocar a Maduro y producir un cambio de régimen.
Si esto último fuese el verdadero propósito, las especulaciones de observadores anticipan una invasión y ocupación militar de corto plazo al estilo de lo ejecutado en Grenada (1983) o Panamá (1989). (Hubo varias otras de largo plazo en las primeras décadas del siglo XX en Cuba, Haití, República Dominicana, Nicaragua en la llamada época de “Gun Boat Diplomacy.”)
Alternativamente, se especula la posibilidad de un operación militar quirúrgica de extracción o asesinato de Maduro, con ataques de drones o misiles al Fuerte Tiuna y/o al palacio presidencial de Miraflores, que produciría la caída del régimen.
Las teorías advierten, sin embargo, que estas opciones tienen muy poca probabilidad de ocurrir ya que implican complejos escenarios pre y post operativo, difícil de concretarse de muy altos costos militares y políticos para la administración Trump, particularmente si hay una prolongada resistencia civico-militar del régimen, o si hubiese la necesidad de permanecer in loco hasta la instalación de un nuevo régimen. Trump mantiene su aversión a intervenir militarmente o iniciar conflictos para cambiar regímenes. La mayoría de las especulaciones descarta tales opciones.
No obstante, si existiese la voluntad e intensión de derrocar al régimen, como algunos venezolanos aseguran que existe, la Administración Trump, encontrará la manera de hacerlo, sin importarle las normas del derecho internacional (solo ver el ataque a las instalaciones nucleares de Irán ). Trump podrá instalar la narrativa justificadora (para lo cual es muy adepto) de que Maduro y su narco estado son una amenaza real e inminente a la seguridad de EEUU y la paz regional.
Ya tiene instalado lo del estado narco-terrorista, y puede aludir a las avalanchas migratorias, a las alianzas extra-regionales con China, Irán (Hezbollah) y Rusia, con sus bases de “observación” espacial o seguimiento satelital, a la connivencia con el ELN y las disidencias de las FARC, al comercio velado de petróleo y minerales y al lavado de dinero, así como a las amenazas a la integridad territorial de Guyana…
En ese marco, existen opciones coercitivas, más allá de las sanciones económicas, que no requieren invasión/ocupación y que podrían derrumbar al régimen. Entre ellas, se ha especulado, por ejemplo, un virtual o anunciado bloqueo naval para interceptar, supuestamente, el narco tráfico marítimo, pero podría incluir también la intercepción del conocido transporte ilegal de petróleo y minerales –todos los cuales generan vitales recursos para la sobrevivencia del régimen.
Así mismo se especula la posibilidad de operaciones mixtas de sabotaje “a lo ruso” (hybrid warfare). O sea, operaciones especiales de ataques a infraestructuras críticas, ataques cibernéticos, diseminación de “fake news,” y otras.
Por otra parte, la presencia de la flotilla en aguas cercanas y en clave de bloqueo y presión podría provocar al régimen a cometer el error estratégico de reaccionar con alguna acción desesperada y desmedida que a su vez provoque una contra reacción que lo fulmine.
Cuesta creer que luego de haber designado al régimen de Maduro como narco terrorista, la flotilla está allí sólo para interceptar el transporte de drogas, y que el régimen no es objeto de su presencia en el sur del Caribe, y que al final ésta sea sólo un “show” de fuerza o “puro humo” .
Algunos observadores de la situación creen que la misión de la flotilla es terminar con el narco tráfico, y no una de invasión/ocupación o ataque quirúrgico necesariamente. Pero tampoco se descarta que pueda incluir acciones de presión, operaciones especiales, intimidación y bloqueo, con el propósito de generar caos, descontento y agitación popular y militar, para debilitar al régimen hasta su colapso, ya sea por peso propio o por insurrección interna en la cúpula político-militar del régimen. Opositores venezolanos aseguran que “pocos mandos militares apoyan a Maduro” Para éstos “hay mucha expectativa” de que algo va a pasar.
Sin embargo, es imposible pronosticar exactamente qué ocurrirá ni cómo, o sí, en efecto, el régimen caerá. Varias veces en el pasado esa expectativa se ha visto frustrada.
