
Los grandes creadores de esta singular fiesta, como Barrena Guzman tuvieron un concepto distinto,
totalmente hasta el punto de que en aquellos tiempos cuando el otoño todavía no dejaba de ser y el invierno se ensañaba paradójicamente para mostrar al mundo la resistencia del sol ante el frío extremo, por eso la fiesta relucía, para que los turistas observaran y disfrutaran el calor natural comptemporizador en pleno invierno.
Hoy el clima es distinto, el actual sol se ensaña y quema los brotes de la vitalidad y más aún cuando se le rinde culto en la entronización del verano. Pero el sol se defiende: No tengo la culpa, sigo siendo el mismo y seguiré igual durante millones de años hasta que me apague, ahora nos dice, si ustedes jugaron con los hidrocarburos, el carbón y la industrialización del vacuno para afectar la capa atmosférica, no me echen la culpa a mí, porque otra vez se equivocan. Si tienen sed no se olviden de la fuentey la fuente, el formato, no radica en la politización de la fiesta como lo hizo Gioja en el autódromo, trayendo a la interminable Mirta Legrand y Susana Gimenez para pasearlas en helicóptero para observar las maravillas del valle de la luna. Ponía sus colectivos gratis, porque no pagaba combustible, trasladando a los sanjuaninos en travesías demoledoras. Claro durante unos años hizo la representación de la histórica travesía sanmartiniana pero él no montaba mulas, su mula era el helicóptero, hasta que le jugó una jugada con cierto corcoveo donde muere Margarita Ferrá de Bartol.
El sol desconoció siempre ese tipo de fiesta, costoso, inmensamente costoso para el estado hasta que se abandonó ese lugar. En el caso de su discípulo Sergio Uñac, no solamente se convirtió en faraón levantó pirámides en la costanera chimbera, con toda la ostentación varios escenarios, invitados de lujo que cobraban así también para dejar su huella, tanto para chimbas y terminó enemistado con el entonces intendente. Hacer esa edificación faraónica solamente para una fiesta y el resto del año parece una montaña desolada en ruinas fue un esperpento dramático de la glorificación del ego de alguien que se quiso como el anterior quedarse para siempre.
No hablemos de la fiesta nacional de sol en el gobierno de Juan Carlos Rojas, porque se hacía en el parque de Mayo y era cualquier cosa menos la exhibición de los frutos del sol, sustituida por kioscos, comercios vendiendo anteojos de sol para poder observar también la explosión ficticia y polícroma de fuegos artificiales…cualquier cosa menos lo que debía ser.
Ahora, entendemos que el gobierno apagó aquellas ostentaciones pomposas de políticos que vienen a simular alegría, fiesta y felicidad con la guita del estado, porque ellos aparte de politizar ganaban y no pondrían un mango de su bolsillo ni por equivocación, entonces se hizo la fiesta en un momento muy difícil, la gente fue, algunos disfrutaron otros no fueron, no puedieron, se hizo en pocito, en el velódromo, último experimento del faraón Uñac que quiso hacernos creer poniendo millones de pesos en los medios de Buenos Aires, que esta provincia sería la capital mundial de todo deporte!!!!!. Imagine lector, vuelta ciclística, turismo carretera para una provincia deficitaria, por poco no trajo la formula uno a San Juan para que todos viéramos las hazañas de esta proeza (aumentada) como es colapinto, un muchacho de 21 años promete ser un fenómeno, hasta que la contrariedad le dio un cachetazo en Brasil, a él y a todos los que quieren crear un nuevo ídolo. Ídolos quieren, no heroes que son la aventura del si mismo auténtico.
Fue una fiesta corta, breve para que el sol no se enterara, con los mismos personajes en el escenario y el histriónico Barassi, jueves, viernes, sábado, la participación de la creatividad, eso fue positivo, pero tampoco debemos dejar de lado la belleza sanjuanina. Un rapidito, el presupuesto no da para más, con el infaltable Abel Pintos que canta , gime, hace piruetas y pasa por caja. Ahora, nosotros no disociamos al sol con la fiesta que crea y recrea la fiestaen torno a lo que es san juan y los sanjuaninos, de ahí los memorables carnavales de antaño con sol y agua que fueron quedando de lado cuando la gente extraña las antronadoras fiestas las comparsas en la Ignacio de la Rosa. Sobre este tema, adjuntamos el siguiente artículo muy leído..ahí va:

Dice Ernesto Sábato: bailes enmascarados, verdades que no se animarían a confesar a cara descubierta. También los grandes carnavales de otros tiempos, eran como un vómito colectivo, algo esencialmente sano, algo que los dejaba aptos para soportar nuevamente la vida. Para sobrellevar la existencia. Y hasta he llegado a pensar que si Dios existe, está enmascarado.
Coincido plenamente, en medio siglo he vivido carnavales maravillosos donde la gente concurría a la calle Ignacio de la Rosa a ver las comparsas, los carruajes, mascaritas, alegría cuando por unas horas se apagaba la perplejidad de la existencia para darle paso a la libertad de que mostráramos realmente lo que somos. Las chayas eran balsámicas y ese conjunto de sensaciones con los bailes de carnaval nos divertía el alma, se apagaban los tormentos y la vida se volvía encanto perfumado de albahaca y chicha.
Todos éramos felices, porque se alegraban nuestros niños, volvían las risas con la frescura del agua bendita y gratuita que brotaba desde el manantial vernáculo de la originalidad sanjuanina. Mujeres hermosas mostrando sus formidables cuerpos bailaban en los corzos; teatralizaciones con sentido del humor, la chispa y el ingenio de la creatividad original. Ráfagas de felicidad efímeras que se fueron apagando con el tiempo porque desapareció la vecindad, la caja boba nos quitó la calle y los espectáculos propios, nuestros. Y el carrusel que mostraba los frutos benditos de nuestros departamentos, de aquel San Juan florido cuya euforia no se amilanaba ni ante las grandes tragedias de los terremotos.
Dónde quedó ese tiempo feliz?…. quien se robó la sangre y transpiración feliz de mi pueblo?…que marea nos dejó este naufragio de ausencia con calles vacías, secas, sin agua, sin chaya, sin ganas ni ganas de tener ganas!!!!!.
Hoy llevé a Lola, mi perra, al parque, estaba feliz, disfrutaba pero la nostalgia de aquellos años a mi, me sumieron en la tristeza como a tanta gente con quienes perdimos lo que supimos ser y que ya no somos.
Carnaval, catarsis, somatización de la vida me dejaron solo, como dice el tango: UN DISFRAZAO SIN CARNAVAL. Desesperado fui corriendo a buscarlo, lo encontré y nos abrazamos bajo una lluvia de papel picado de un tiempo muerto. Se despidió y se fue caminando, ninguneado y anónimo…el rey Momo había perdido su corona.
Lo escribimos en febrero porque creemos es el retrato de lo que somos y no debemos dejar de ser con humildad, sin ostentaciones no farandulización politiquera como hicieron los gobiernos que destruyeron la algarabía de la idiosincrasia sanjuanina.
Ahora bien, como sucedió en el año 2010, que la población en todo el país, no le permitió al kirchnerismo meterse en nada, porque la gente se encargó de darle toda la vitalidad a esas fiestas y en nuestro caso bienvenido ejemplo para el próximo sol, que todos empiecen a prepararse para mostrar y demostrar que no se ha perdido la estirpe de nuestros antepasados que crearon la tradición para que la fiesta del sol, se luminosa, estridente, al alcance de todos, con la participación de todos los sanjuaninos durante por lo menos una semana. Acaso no dicen que el sol brilla para todos!!!!!!. No es una crítica es mirar el retrovisor para comprender cual es el destino de cada pueblo.
jcm
