
“Los médicos de Macondo”: un libro clave para develar misterios en la magia de Gabo
El rol de la medicina, las personas y los sucesos que dieron vida a míticas narraciones e inolvidables personajes en la obra literaria de Gabriel García Márquez
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- 5 de septiembre de 2025
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LA NACIONMaría José LucesoleEscuchar Nota

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La desmemoria. El delirio. El insomnio. El dolor. La locura. La enfermedad. La decrepitud y la muerte son temas abordados con constante naturalidad en toda la obra de Gabriel García Márquez. Fluyen en sus relatos junto a sanadores, alquimistas, médicos, remedios, recetas, ungüentos y brebajes.
Todo este universo está compilado en Los médicos de Macondo, un libro del doctor y experto forense Juan Valentín Fernández de la Gala, impreso en Colombia por editorial Nomos, que tiene como enclave fundamental para el disfrute descubrir quién y qué estuvo detrás del armado de cada historia y cada personaje.
Magia, dragones y sexo explícito
Es que toda la obra del Premio Nobel colombiano tiene un trasfondo real, aunque parezca inventado: subyace el rigor propio de un periodista de investigación cuyo trabajo previo a sus escritos hace tan convincente los excesos en los laberintos macondianos.

“No hay una sola línea en ninguno de mis libros que no tenga su origen en un hecho real” aseguró el Premio Nobel en distintos reportajes. Esta certeza es el kilómetro cero en los caminos de exploración que abordó el forense para detectar las suturas que hilvanaron los relatos del gran contador de historias del caribe.
“Este libro puede ampliar la mirada de los lectores y llevarlos a anteponer lo real a lo mágico, al comprobar en sus páginas que Gabo no exageraba cuando insistió tantas veces en que su obra bebe directamente de la realidad y que él no inventaba nada”, afirmó Jaime Abello Banfi, presidente de la Fundación Gabo.
Sin edición aún en Argentina, Los médicos de Macondo indaga sobre esos hilos invisibles que permiten intuir quién estuvo detrás de personajes entrañables como Melquíades y Úrsula, en Cien años de soledad; de Juvenal Urbino en El amor en los tiempos del cólera; de Octavio Giraldo en El coronel no tiene quien le escriba. O del médico francés, en La Mala hora.

“Los hallazgos y detalladas explicaciones de este singular tratado médico literario nos confirman que (…) la imaginación del gran autor nacido y criado en el Caribe colombiano tuvo un papel secundario frente a su inteligencia creativa para extraer la magia de las historias que se apropiaba a partir de una relación intensa con la curiosidad, conciencia y memoria de su entorno cultural y vivencial”, afirma en la introducción Abello Banfi. “García Márquez no descansaba hasta lograr en sus relatos la estructura, el ritmo, la poesía y a capacidad de hipnosis sobre los lectores que le permitieran desde un escenario de verisimilitud y exactitud remontar el vuelo narrativo de sus historias, con arsenal de técnicas del más espléndido ilusionismo literario”, destaca.
La vida y la obra del Nobel se repasan a lo largo de 650 páginas y es, al mismo tiempo, una invitación a descubrir los misterios que dieron vida a las historias más consagradas del autor ícono del realismo mágico.

En Los médicos de Macondo se indagan sobre los once doctores de El general en su laberinto. Hay todo un repaso de otras figuras ligadas al universo de la medicina en El amor y otros demonios, La hojarasca, Crónica de una muerte anunciada y El coronel no tiene quien le escriba.
La obra compila aforismos sobre la salud, pero también sobre la decrepitud y la vejez hasta llegar a bucear en las raíces de las descripciones de los cadáveres, que signaron los inicios de Los funerales de Mamá Grande, La mala hora y El otoño del patriarca o Crónica de una muerte anunciada.
Además hace un recuento de la herbolaria indígena y la homeopatía como sustento de los relatos que, según el autor, tienen más ingredientes del mundo real que del mágico trasmutados con la alquimia del gran creador de historias.
El libro del forense recorre las narraciones de Gabo y se consolida con entrevistas y averiguaciones propias de un detective realizadas a lo largo de siete años para determinar qué médico real existió detrás de cada uno de los personajes que construyó García Márquez, quiénes ayudaron al escritor a construir los episodios ligados a la medicina, para luego analizar enfermedades y los diagnósticos, hasta llegar a minuciosas referencias como suicidios.
¿Cómo logró el Nobel dar con la estructura y la jerga apropiadas en el informe de la autopsia de Santiago Nasar en Crónica de una muerte anunciada?, ¿cómo supo utilizar el lenguaje y los tratamientos propios del siglo XVII en El amor y otros demonios?, ¿cómo hizo verosímil el suicidio por inhalación de cianuro del fotógrafo Jeremiah de Saint-Amour en El amor en los tiempos del cólera?

De homeópatas y boticarios
Toda la investigación del forense parte de la figura del padre del escritor, Gabriel Eligio García, inicialmente telegrafista, que siempre quiso ser médico y ejerció durante algún tiempo como homeópata, y farmacéutico. Y del médico de Aracataca, Antonio José Barbosa, vecino de la casa donde nació Gabo.

También se halla un inequívoco punto de inspiración en la figura de la esposa del Nobel, Mercedes Barcha, hija de un boticario para luego pormenorizar figuras como la de un profesor de Anatomía, Álvaro Gaitán Nieto, que durante la juventud del escritor invitaba a los estudiantes a las autopsias que practicaba.
No es casual la introducción de Alirio Noguera, el falso homeópata de La hojarasca y Cien años de soledad. Ni la aparición de una curandera en Del amor y otros demonios, que conoce un ritual para combatir la rabia o personajes como el doctor Abrenuncio de Sa Pereira Cao en la misma novela.

Luego hay un reconocimiento de otras personas reales en los personajes de ficción: Melquíades pudo estar inspirado en el médico mexicano Augusto Fernández Guardiola ya que al igual que el gitano de Cien años de soledad el doctor mexicano conectaba el insomnio con el olvido. Se pudo reconocer a Juvenal Urbino en un médico de Cartagena Herique de la Vega y Octavio Giraldo en el médico argelino Mohammed Tebbal.
Hay otras figuras emblemáticas que aparecen como herederas de saberes indígenas en la obra de Gabo encarnizadas de manera extraordinaria en el personaje de Úrsula: en esta materia además de la figura de su esposa, Mercedes Barcha, se descubre el asesoramiento de Juan Vicente Melo, escritor mexicano con conocimiento de la herbolaria.
Los médicos de Macondo guarda coherencia -según la Fundación Gabo, que tiene disponible el libro en tienda.fundaciongabo.org– con la lección clave legado García Márquez. Esto es: investigar para crear, absorber de la vida y recoger de la realidad todo lo que sea posible para narrarla luego con la máxima libertad y disciplina.
Y así, con perspectiva, alcanzar la magia.