
El viernes por la noche dos personas tratan de cruzar la avenida de la muerte y sin darse cuenta se quedaron sin lugar en el banquete de los vivos. Melina Gabriela Alfaro estaba embarazada de 4 meses, había alcanzado los 21 años; intentó cruzar la ruta 40 pasando la calle 5 y fue atropellada por un automóvil que venía a la velocidad de esta ruta. Estampida, gritos, desesperación y ambulancia. Melina estuvo viva algunos minutos en el hospital y falleció junto a su hijo no nacido.
Quien la atropelló no se detuvo y continuó hasta que al día siguiente lo detuvieron en una clínica, descompensado, es empresario, septuagenario, manejaba un Mercedes Benz de última generación. PEACE significa que lo ideal es seguir los pasos correspondientes para que el razonamiento sea creíble y abone a un debate sensato. Problema, Emociones, Análisis, Contemplación y equilibrio. Y la marea humana que no piensa así hoy a través de las redes de diarios, radios y cualquier medio, puede hablar, insultar, diagnosticar, justificar, condenar y poner el castigo a la altura del crimen.
Entonces sobre determinados temas, se cae en la irracionalidad virtual de hacer catarsis, somatizar problemas personales ante cualquier oportunidad, pero es grave, porque el hombre cada vez es menos pensante. Analicemos: La ruta 40 es un cementerio y las causas son variadas, iluminación, advertencias, señales, estado de la ruta, el problema emocional de los conductores y peatones etc…la ruta 40 a esa altura es un cementerio vial desde hace décadas y por el sistema (maldita inteligencia artificial que nos vuelve robots, los bólidos borraron la prohibición de los 80Ks permitidos) ni siquiera se respeta una velocidad crucero de 120 kms por hora. En segundo lugar, el sanjuanino, agobiado por el calor, por la terminalidad geográfica y psicológica que tiene esta provincia, maneja indecentemente. Hay saturación de vehículos, y la ciudad con el gran San Juan creció menos que la ansiedad de sus habitantes. El sanjuanino peatón, cruza la calle, fijese bien, en forma oblicua casi de espaldas. Me ha pasado siempre, muchas veces detengo el automóvil para que pase alguien que parece un zoombi, su mente no está ahí, divaga por infinitos pensamientos.
Las veredas pertenecen como me comento Carlos Rudolph, a la época del post terremoto, anchas más que la calle, para recibir como escape desesperado y obligado a la gente cuando sale a la calle, ante cualquier temblor. Hoy, esas veredas que ayer eran presumidas y brillosas ante la nación han quedado obsoletas, como el arbolado como el aire contaminado. Como el desánimo de la gente, que se queja, que se marcha, que vuelve y que no cambia. En las opiniones vertidas sobre este enésimo accidente comento una anécdota en relación al automóvil que se llevó puesto dos vidas. Los opinantes son prejuiciosos, tal el caso de en Córdoba, contaba un empresario de Grimoldi hace años, detuvo su mercedes ante el semáforo, se le puso a la par un ciclista, se miraron y el conductor de dos ruedas le propinó tremenda escupida solamente por la asimetría de ir en bicicleta compitiendo? con un Mercedes. Marco este punto, porque desde hace 40 años, no ha habido automóvil que tuve y no fuera bautizado con rayones, escupida, arena, bosta en el parabrisas, robos de faros, espejos retrovisores; hecho por bandidos iconoclastas, bahh resentidos. El punto de la contemplación no lo analizo porque ya no existe, y deviene en que asi las cosas, metafóricamente en esta mala suerte de cromagnon vial es imposible actuar con equilibrio, semblante elemental en el mundo de los seres decentes.
No hablemos de culpas, sino de causas, analicemos el conjunto y tratemos de hacer algo entre todos, para que la ruta 40 no se siga llevando de esta vida seres pendientes. Y los estupefacientes, el alcohol, los animales sueltos, las drogas no ocurre porque el conductor tenga 70, 80 años sino por la irracionalidad que vivimos a diario.
Melina Gabriela Alfaro tenía 21 años, cruzó, no llegó a escuchar antes que el bólido, el clamor ahogado de su futuro hijo, quien le gritaría: mamá, vayamos hacia la vida no hacia la muerte!!!!!!.
Además no seamos hipócritas, opinantes pasivos, reaccionarios tardíos cuando la fatalidad ya sacó número pidiendo turno para la próxima víctima.
jcm
Muchas opiniones…y casi todas a favor del conductor que manejaba un auto de última generación !!!!…claro, total quienes murieron fueron una muchacha joven y su hijito dentro de sus entrañas…si hubiera sido un perro, ya hubieran salido miles a buscar justicia . La policía busco al conductor…quien apareció en una clínica , descompensado. La familia no pudo haber avisado que estaba ahí ? Duele la poca empatía…la humilde mujercita iba a visitar a su abuela y llevar algo de dinero…que aún tirada en el pavimento…ya en agonía se lo alcanzó a entregar.
Al menos me queda la satisfacción que esa muchacha ya está en el paraíso con su hijito…libre de la miseria humana…que defiende lo indefendible !!!