
Las leyes las hacemos los hombres que como somos fallidos, obviamente esas leyes serán imperfectas, pero hay razones para creer que se pueden mejorar porque algunas crean desigualdad. En este caso si la ley no viene acompañada por la ética, la autenticidad y la legitimidad, llega a ser un mamotreto que indigna a la población.
Es cierto que Alberto Fernandez ha sido presidente y la más alta magistratura cobra su precio, porque hay que pilotear un país, pero Fernández, con jubilaciones mínimas de 150.000 por mes que es una de las consecuencias de la debacle que dejó, no puede cobrar tamaña cifra porque es un escarnio para todos los argentinos. Y la primer responsable de todo este marasmo es la ex presidenta porque lo trajo para que la limpiara de todas las causas, pero no lo logró, y la gestión lo muestra como el presidente más inutil de la historia, con muertes que podrían haber sido evitadas en el caso del covid cuando su ministro echó a Pfifer, el mayor laboratorio, esto costo millares de muertos. Desindustralizó el país, se movió como una marioneta, no hizo nada, decía que su proyecto era la falta de proyecto y estaba en contra del premio al mérito o sea un canto a la promoción de la mediocridad.
Llegó a ser un presidente virtual porque el candidato Massa, lo dijo públicamente . Yo soy el presidente y entonces hizo estragos que hoy se registran en las cuentas públicas. No escuchamos que el peronismo ni la izquierda depredadora y muchos políticos de la oposición protesten, o sea son todos iguales es lo que le indigna a un pobre viejo que tiene que esperar casi diez años para que el Pami le entregue una prótesis.
En resumen una verguenza para que cobre 7.000.000 de pesos un tipo que ahora puede quedarse tranquilamente en cualquier parte del mundo para que no lo repudien. Es la Argentina descompuesta, podrida, indolente y fascista. Para cambiar toda esta pornografía política es necesario que vengan políticos y no paleolíticos que como el ex presidente y la ex presidenta tienen la cara de piedra.