SPENCER JOHONSON.
DESPUES DE PUBLICAR LA ANTOLOGÍA DE LA OBRA DE JULIÁN MARÍAS SOBRE LA FELICIDAD HUMANA, AHORA CONTINUAMOS CON ESTA OBRA QUE FUE BEST SELLER EN LA DÉCADA DE LOS AÑOS NOVENTA.ES UNA FÁBULA, METÁFORA, ALEGORÍA.BREVE, CLARA Y CONCISA QUE CAUSÓ FUROR POR SU SIMPLEZA Y ENERGÍA.
Dos ratones viven en una especie de frigorífico. Donde se producen los mejores quesos del mercado; tienen un vida en común, su rincón hasta que se conflictúan por un dilema. Uno de ellos hace una pregunta retórica: ¿ y que va a pasar cuando en este lugar se nos termine el queso? la respuesta no se hace esperar de parte del ratón más conservador: nada, simplemente debemos esperar y tratar de racionar el queso que nos queda!!!. Esta respuesta no conforma al ratón más emprendedor y contragolpea: yo no estoy de acuerdo a demás ya estoy cansado de comer queso rancio y que cada vez va a ser menos. Propongo que salgamos a buscar, a explorar hacia la posibilidad de encontrar nuevos quesos. El otro ratón no está de acuerdo por todos los peligros que conlleva salir a buscar los recursos cuando todavía queda algo de queso para sobrevivir.
Una mañana el ratón más audaz se lanza a la aventura de buscar nuevos recursos sabiendo a lo que se expone, a lo desconocido, posiblemente se encuentre con gatos, peligros y que pierda el sentido y caiga en la desmemoria se encontrar el camino si tiene que volver a buscar a su compañero. De todas maneras hay un ratón que no arriesga y se queda con lo que tiene y el otro sabiendo que el mundo es inseguro, que no hay garantías en esta vida y que puede perder hasta la vida comienza a explorar todos los rincones los vericuetos de ese mundo desconocido.
Pasa por todas las vallas que se le presentan, muchas veces se le cae el ánimo y piensa en volver, pero a la mañana siguiente recuera el afán y sigue buscando sin descanso. Llega el momento en que toca la gloria cuando encuentra un depósito donde están los mejores quesos como si fuera el preludio de un manjar eterno. Un universo de quesos. Come hasta el hartazgo pero no deja de pensar en su compañero y decide volver a pasar todos los peligros para comunicar la buena nueva.
Cuando llega el cuenta que ha descubierto un depósito maravilloso donde hay quesos de todos los tiempos gustos y colores. El ratón conservador lo refuta, como la fábula de Esopo y le contesta que se quedará de por vida en el mismo lugar, porque no le cree, o si le cree tiene miedo y que no ha nacido para buscar el peligro. El ratón emprendedor trata inútilmente de convencerlo y lamentablemente decide marcharse hacia ese mundo esplendoroso de quesos de porvenir y de placer gastronomico.
Y aquí termina la historia hecha en forma sintética que se traslada al impetu de las personas que son instaladas, quedadas, flemáticas, calmosas, cachazudas, que se conforman con lo que tienen porque tienen miedo de salir de la cueva en comparación de quienes desarrollan todo el potencial, dotes, dones que les da la vida.
Puede parecer como un cuento simple algo que de común nos lleve a creer que es un tema banal, trivial, pero no es así si le consultamos a la experiencia de los grandes emprendedores en esta vida que salieron de la miseria y llegaron a ser afortunados solamente por saber tomar una decisión a tiempo. Y viene bien comparar esta obra con lo que sucede en la Argentina de hoy, muchos se quedan en la contrariedad de los subsidios y otros se van de este país a buscar el futuro en otro lado. Pero se equivocan porque luego no pueden lidiar contra la nostalgia que nunca se supera. En todo caso deben explorar como el alquimista de pablo Coelho, quien muestra a alguien que sale a buscar un tesoro que está debajo de un sicómoro y cuando llega al otro lado del mundo y lo encuentra se da cuenta de que ese árbol está en su casa. Como nos pasa a nosotros hasta que caemos en la cuenta de que el tesoro mayor está en nosotros y no en los otros.
Quién se ha llevado mi queso, para reaccionar al quedantismo, a la mediocridad y recordar la parábola de los talentos..el mayor perdedor en este caso es el ratón que se quedó a sobrevivir, que según Ortega es el esqueleto de la vida.
jcm.