
íbamos los tres caminando. Los tres eran una sola persona; yo. Mi yo niño, mi yo joven y mi yo ahora. Le pregunté a mi niñez qué iba a ser cuando fuera grande. Uff, me dijo tantas cosas, mientras el joven, mi juventud se asombraba. Observé que el joven lo iba a desencantar al niño que fui y le dije murmurando, no, no lo desilusiones. Y el joven, el joven que fui, me dijo que a él le pasaría lo mismo porque soñaba que cuando tuviera mi edad, llegaría a tantas cimas. Callé, dejé que volara, que divagara, era muy joven, no lo iba a desencantar. Y ahora, ya adulto mayor, vuelvo a mi niñez y busco aquellas fuerzas que hoy no están. Vuelvo a ser joven y veo que creía iba a ser lo que realmente no soy. El niño se quedó niño, el joven se negó a crecer y ahora los puedo ver..en mi decrecer. Soñamos lo que no seremos. La vida nos cambia el rumbo. Retrocedo y a veces me siento joven, luego vuelvo a ser niño. Los extremos se tocan. Habré sido 3 y voy para ninguno. Pero, pero..como dice Spinoza..el ser busca su propia soledad intransferible o sea, no cambio mi destino por el de nadie.
Pero no conforme, menos mal porque nunca estamos conformes, hice una metempsicosis, o transmigración o para que comprendamos, miré por el espejo retrovisor de mi vida y me animé a saltar hacia mi ascendencia y me metí en el alma de mis padres; como un explorador empecé a hurgar, entonces descubrí que de ellos heredé la raíz de la nueva vida, es decir la voluntad por parte de mi padre y de mi madre, receptiva heredé el intelecto. Del viejo las cualidades morales, su carácter, sus inclinaciones y su corazón y de la vieja el grado, la constitución y la dirección de la inteligencia.
El primer rasgo lo encontré cuando era niño, la infancia maravillosa cuando mi papá me decía…¡metele para adelante, dale, que esperas!…y mi vieja que la recuerdo joven y hermosa, escucho su voz: por ahí no nene, por ahí no!…el viejo me empujaba, la vieja me direccionaba. Él cuando terminábamos de comer me incitaba dale, vamos a la cancha!!!, ella, pontificaba, primero traeme la libreta, quiero ver las notas!!!!
me vine a mi juventud y encontré el mismo carácter del viejo, cuando debía decir que no a alguien, no había forma que me disuadieran, ni un paso atrás y aunque me costaba si era no era no, a veces era si…y así como mi corazón latía al galope cuando aparecía el amor, también siempre me encontraban llorando cuando sepultaba a mis animales. Aparecía mi vieja, yo tenía dudas, y ella con la mirada me hablaba, esa si!!!esa no!!!entonces iba y le preguntaba a mi padre y al toque me retrucaba: eso es territorio de tu madre, andá y preguntale a ella!!!.
Ahora cerca de estar lejos, sumo al niño, al joven, a mi yo adulto a mi viejo y a mi vieja equivale a cinco almas, cinco tiempos, cinco contratiempos, cinco seres dividido en cinco es igual a uno….ese soy yo.
JCM
