
No me refiero obviamente a los imitadores artísticos que nos devuelve la gimnasia de la risa. Son talentosos y necesarios más en este momento cuando la sociedad transita el tiempo de las zozobras. El objeto de este artículo sería un canto para los sociólogos que estudien este síntoma social en el que todo se vuelve una fatal imitación. Según Borges decía que si la originalidad existe, sería invisible. Y es cierto porque parece que todo ya está hecho. Sin embargo como aguja en un pajar hay que buscarla, y tratar de alcanzarla.
Algunos grababan a Mario Pereyra para imitarlo, y nadie lo pudo lograr ni siquiera parecerse al original, que se fue de este mundo sin que pudieran engañar a alguien de que algun trucho era Mario. Los trols, sicarios enviados por alguien con la billetera gorda, son tristes imitadores de quien dice cosas a través de los otros. En Hollywood se quejan los directores y productores cuando aparecen aspirantes que buscan imitar y los rechazan con el argumento de que ya hay un Robert de Niro o un Al Pacino, la gente no quiere imitadores, y les aconsejan que sean ellos mismos.
Hace unos años un badulaque y malagradecido trató de difamarme, y le recordé que un día tomando un café, me dijo textual: ¡como me gustaría ser como vos!…lo interrumpí, estas equivocado, vos tenes que ser vos y como vos!!!!. Pero en los últimos tiempos y lo escuchamos generalmente por radio, todos quieren imitar, voces ajenas, ideas de otros, hacen programas que ya fueron y los reciclan, porque no les da la cabeza y porque no tienen imaginación. Hacer algo siu generis, propio, puro, claro y original ni hablar..viven de la vida de los demás y se convierten en lo de menos. Esta pobreza intelectual en definitiva se está observando en la televisión, en las redes, en medios escritos, con alevosía de la inteligencia artificial que fabrica tecnocracia abundante pero no hay mentes para llenar espacios entonces, se pierde el placer de ver algo nuevo, distinto, distinto de lo distinto.
Y reaparecen fantasmagóricamente figuras inalcanzables que permanecen en el tiempo como don Emilio Biltes, Cacho Fontana, Luis Sandrini, Fangio, Arturo Arabel, Alfredo Avelín, Arturo Illia; ya se, Oriana Fallaci hubo una sola. El que imita no ha podido contestarse la mayor pregunta de la filosofía: ¿ quien soy yo?…entonces como no se conoce, ni sabe quien es, apela al espejo, pero los espejos no tienen memoria, y desaparecen rápidamente. Una sociedad sin originalidad sucumbe en el bostezo. ” ufa esta película ya la vi cuarenta veces!!!!.
Vayamos a un ejemplo personal. Quien soy yo?…Juan Carlos!!. no soy Juan Carlos, solamente es un nombre que me pusieron y además hay millones de Juan Carlos. DNI……xxxxxxxxx Tampoco es solamente un número administrativo. Edad?…tampoco según Ortega tengo la edad de mi siglo es decir andaría por los cien años, aunque no los haya cumplido. Soy un tipo complaciente con los demás?….si…pero es lo que no soy si me comparo con el SER( FUERZA IMPERANTE QUE PERMANECE REGULADA POR ELLA MISMA)…entonces es lo que no soy. Soy un tipo mayor?….tampoco porque mis células se van renovando. Soy un periodista? periodismo es gente que le cuenta a la gente lo que le pasa a la gente. De acuerdo a esta definición, me asemejo a un cartero o sea no soy periodista. Para no dilatar, estoy más cerca de la conclusión de todo lo que no soy a lo que verdaderamente soy. Lou Marinov nos acerca…quiere saber quien es, vea lo que hace. ¿ bueno que hago?. un ser que piensa en cambiar lo que no va a cambiar. Un imposible, un impulso fugaz que va gastando su vida.
No soy original, pero no imito y al menos trato de averiguarme (verum fachere) buscar la verdad. Complejo,…pero…Borges es original. Favaloro es original. Satanás es original. Dios no es original, lo trasciende-….porque el origen es DIOS.
Los argentinos no la conocen a la constitución entonces la imitan y la tergiversan, porque la gran mayoría de generaciones donde van transitando millones, nunca leyeron a Juan B Alberdi.
jcm.