
DE CIERTA TRISTEZA TARDÍA.
Nunca es tarde!. Yo le digo que es tarde, de lo contrario no tendría este dolor arenoso, seco, pero dolor al fin. Bueno cuénteme, total, en el mundo estamos. Y, la que me escuchaba era la vieja, pero no me contestaba. Yo le ponía las quejas. Quería hablar con el tipo, nunca tenía tiempo. Y nunca estaba. Mi vieja le decía, llévate la cama al taller!. A veces me daba, pero nunca tenía un mango. ¡Un puto mango!. Crecimos pobres, siempre fuimos pobres. Ahora lo veo curcuncho y viejo. Tengo remordimientos. Se sentaba en la mesa y no hablaba. Toda la vida se acostaba a las 10 y se levantaba a las 5. Mi padre era aburrido. Y sabe qué; parecía que no sentía. Una piedra. Así nos criamos los 5. Mi vieja multiplicaba el pan. Me tengo que ir, le dejo este dibujo, quizás lo calme, adiós. A ver…No entiendo. Vieja que ve?. Dejá que me ponga los anteojos a ver…y..es un soldado en la trinchera, visto de…espaldas!!. ¿y?..y qué?..vieja, tu marido nunca habla, fue buen padre, pero…un tipo árido, elemental…Mirá: tu padre fue un soldado que nunca abandonó la trinchera!!. Gracias a él ….¡basta vieja!…no quiero hablar del tema.