
DOCTORA MARTA BUSTOS DE TORCIVIA.
La conocí allá por la década del ochenta. Salía en el móvil abrumador de Radio Colón cuando si o si debía atraer el monumental mundo de las emociones, inquietudes, desgracias, colores, políticos y la miseria más todo lo que genera nuestra humanidad a la radio, en cada mañana. Porque la radio era mucho más que música, voces y notas.
Tiene el don de la hiperkinesia en estado positivo o mejor dicho la bilocación, porque no sé como hace para darse tiempo y estar en todos lados a la vez. Esta ubicuidad de una médica que ama a su profesión, la convierte desde siempre en un ser vocacional hasta transformarse en apostolado. Su obsesión: la adolescencia, la juventud y la niñez. Admirada por su valentía de enfrentar a todos los poderes políticos y sanitarios cuando defendía sus convicciones. Por eso habrá sido una persona mediática, para sacarle el jugo de la atención del televidente y oyente y gráfico sobre los problemas de nuestro tiempo, relacionados con su vocación.
MATE AMARGO
Mi móvil en radio Colón y también Sarmiento como en otras radios y en canal 13 de Caucete, debían ser polifacéticos, con voces e imágenes diversas pero, siempre habitados por la constante de estar en el corazón de la temática joven. Y Marta como nadie conoce la problemática de:
la adolescente embarazada y abandonada
las niñas prostituídas por degenerados que las levantaban entre Hipólito Yrigoyen y Rawson.
Las niñas y niños que por un bidón de agua eran prostituidos por camioneros que pasaban por Marayes…y otros lugares donde escaseaba el agua.
La doctora Marta Bustos, se daba tiempo para ir a los medios a clamar empatía, solidaridad.
Con su equipo brillante de profesionales que no le hacían la cara fea a nada, mate amargo de por medio, tenían toda la estadística de la miseria humana que escandaliza y de las víctimas que podrían haber sido nuestros hijos. Fui testigo preferencial y lo que vi, viví y sufrí con ellos, hoy lo tengo guardado en los instestinos, donde la memoria no elige el olvido.
Su sonrisa, la disposición, tomar como propia y convertirla en balsámica a la cicatriz ajena, la entronizan en el altar de las grandes mujeres que sostuvieron, que se la bancaron, que enfrentaron el mal con el tiempo.
Y toda su obra, que debería ser reconocida por la desmemoria de esta partida de mediocres que siempre estorban para envenenarle la vida a los que hacen y se la juegan para protejer como lo hizo ella, por ejemplo a los niños que hoy con 8 años, en la bebida ya están consumiendo drogas, que les proveen los malvados. Hay que tener coraje para ser santo y a ella le sobran agallas y no le faltó las pruebas que nos da la vida, como enfermedades personales que debió lidiar, pero sigue luchando, porque siempre que vea a un carenciado, cancelado, ninguneado, no puede con su genio cuando le hace barullos su corazón que nunca se cansa.
Si Borges escribió con su genialidad que la mano no abre la puerta, ella lo desmiente, porque abrió sin llaves y con llaves, a patadas las puertas de la ignorancia y de la indiferencia.
Hoy lucha por su vida, quizás haciendo bromas, porque un día está muy enferma pero el día siguiente se recupera como si nada. Es una médica de casa y de todos, criada con comida de olla, compartiendo la olla vacía ante niños con la panza turgente que se parecen a esas explosiones de hambre.
Hace unos días me paré en el hospital Rawson, en la calle donde se levanta el hospital monumento. Algo de mi me impelía que entrara a ver, el estómago se me subía a la garganta y me ahogaba en un mar de lágrimas nostálgicas; recordé aquellos mates, a aquel grupo humano que se las jugaban, a ella saludandome: HOLA JUANCHI!!!!.
Salí corriendo y me metí en el auto. Ahí, detrás del volante me agaché, recordé aquellos días que me llegan del pasado y entonces si, que largué a llorar.
jc malis.
Conozco a Marta. Se de su lucha que coincide con lo expuesto. Y felicito al Sr. Juan Carlos Malis por dar a conocer que no siempre la atencion de un paciente no siempre concluye cuando este se retira del consultorio sino que al salir recien comienza , buscando los porque de lo que acaba de escuchar para poder combatirlo.
Eso hacia Marta , ese era su compromiso con la sociedad, ese era su compromiso con ella misma porque era una doctora con verdadera vocacion
Felicitaciones Marta. Te mereces este reconocimiento
MERECIDO POR CIERTO.